La elite de las universidades

Alemania está empeñada en remozar su imagen como centro de investigación científica y actividades académicas de alto nivel. Los premios Nobel de física y química otorgados este año a dos alemanes suponen un notable espaldarazo para tales propósitos. Pero, pese a toda la publicidad que generan semejantes galardones, no es hora de dormirse en los laureles sino de pensar en el futuro y potenciar las fraguas intelectuales de las próximas generaciones: las universidades.

Prestigio y dinero

Con este propósito se llevó a cabo, por segunda vez, un “concurso” de excelencia entre los centros de estudios superiores del país, cuyos resultados acaban de darse a conocer. Las ganadoras fueron las universidades de Aquisgrán, Heidelberg, Constanza, Gotinga, Friburgo y la Universidad Libre de Berlín. Todas ellas lograron las mejores calificaciones de un grupo de expertos, con participación internacional, siendo distinguidas con la etiqueta de “Universidades de elite”, que supone prestigio y dinero.

El programa de fomento, financiado con recursos federales y regionales, cuenta con un fondo de 1.900 millones de euros para el período 2007 - 2011. Las universidades seleccionadas podrán contar pues con considerables sumas adicionales para sus proyectos de investigación: cada una recibirá cerca de 21 millones de euros, durante cinco años.

Competencia estimulante

La iniciativa de “excelencia” apunta a mejorar también las posibilidades de competir a nivel internacional. Y, desde luego, fomenta la competencia interna entre los centros de estudios, que se han visto obligados a elaborar conceptos innovadores y a presentarse de la mejor forma posible ante la comisión examinadora.

La intención es continuar con el proyecto, para que todas las universidades que lo deseen puedan postular al sello de excelencia universitaria.