La difícil tarea de la integración
5 de enero de 2016Las personas que nacen y crecen en Alemania aprenden de forma natural cuáles son las reglas que deben respetar para poder vivir en esta sociedad. Por ejemplo, que las mujeres gozan de los mismos derechos que los hombres, que no se discrimina a los homosexuales, que se aprecia mucho la puntualidad, que se debe separar la basura y, sobre todo, que el Estado de derecho rige para todos. Pero las personas que llegan a Alemania en calidad de refugiados muchas veces no conocen esas reglas, y así es como la discusión acerca de si se los debe obligar a vivir de acuerdo con dichas normas está a la orden del día.
Recientemente, la vicejefa de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Julia Klöckner, advirtió sobre los “conflictos culturales” que podría provocar la crisis de refugiados. Según ella, los recién llegados “deben aprender cuáles son nuestros valores fundamentales y nuestra cultura y forma de vida liberales”. Su propuesta: a su llegada, a los refugiados se les debe entregar una especie de “manual de comportamiento” para comprender la vida en Alemania y adaptarse a ella lo antes posible.
“Desde un principio debe quedar claro que hay cosas que no permitiremos”, dijo Klöckner al periódico Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, y dio un ejemplo: “Si un padre no quiere hablar con la maestra de su hijo porque es mujer, no hay que tomar el camino de la menor resistencia e ir a buscar a un colega masculino”.
¿Integración por contrato?
Es más, agrega Julia Klöckner: si un refugiado obtiene una vivienda, se debe comprometer por medio de la firma de un contrato a visitar un curso de integración, y el que no asista a su curso de alemán podrá sufrir recortes en los beneficios sociales. Klöckner representa la línea de muchos políticos alemanes conservadores que hace tiempo exigen que la tarea de integrarse a la sociedad sea un deber. También el jefe de la CDU, Horst Seehofer, pidió hace poco que los refugiados se atuviesen a los valores “cristianos y europeos”.
¿Pueden estas propuestas contribuir verdaderamente a una mejor integración de los refugiados? Malu Dreyer, del Partido Socialdemócrata (SPD) y ministra presidente de Renania-Palatinado, es contraria a esa postura y dijo a Der Spiegel online que se trata de un “activismo ciego”, ya que es obvio que las personas que viven en Alemania deben cumplir las leyes: “Eso vale tanto para los refugiados como para los alemanes”, subrayó.
También representantes del partido Los Verdes están en desacuerdo con las “reglas de comportamiento” que quieren imponer los partidos conservadores CDU y su hermana bávara, la Unión Cristiano Demócrata (CSU). “La Constitución es válida para todos, sin importar si viene de Siria o de Dresde”, señaló la jefa de la fracción de Los Verdes en el Parlamento, Katrin Göring-Eckardt en referencia a la propuesta de la entrega de un “manual de comportamiento” de Julia Klöckner. Según Göring-Eckardt a Der Spiegel online, “alguien que, refiriéndose a los refugiados, subraya de pronto que hay que respetar la igualdad de género y los derechos de los homosexuales debería ser consecuente con ello y vivir de ese modo”.
Escasez de cursos de alemán
El debate sobre cómo cambiará Alemania con la llegada de los refugiados es candente. En ese contexto, el aprendizaje del idioma alemán es –y en eso toda la clase política está de acuerdo- clave para la integración. Pero justamente ahí es donde esta falla, ya que no hay suficientes ofertas de cursos de alemán. A eso se suma que muchos solicitantes de asilo aún no pueden acceder a ellos porque el procedimiento para obtener un permiso de estadía es largo.
Es indiscutible: los valores fundamentales deben regir para todos. Pero, ¿cómo se puede traducir eso a una forma de vida? ¿Dónde empiezan y dónde terminan las fronteras entre el respeto a las diferencias culturales y la no aceptación de comportamientos que esta sociedad no tolera? Sobre esa superficie resbaladiza se desliza hoy el debate acerca de la integración en Alemania. Pero hay ejemplos que resaltan que también es posible ofrecer una orientación concreta y práctica a los refugiados que quieren vivir aquí, como la página de Deutsche Welle "Primeros pasos en Alemania".
Y también la Guía para Refugiados, creada por Michael Strautmann, del Instituto GIGA de Hamburgo, publicada en 15 idiomas y redactada en colaboración con refugiados, que contiene consejos para entender mejor cómo es la vida cotidiana en Alemania. Según Strautmann, el mayor deseo de los refugiados es, precisamente, conocer las costumbres del país que los acoge. El objetivo principal de este tipo de asesoramiento es proporcionar información útil sobre la vida cotidiana, pero no un “manual” sobre cómo deberían comportarse los refugiados. En el prólogo de la guía, Michael Strautmann se ocupa de aclarar muy bien que “no todos los alemanes cumplen con esas reglas”.