La deuda pública pone en peligro la coyuntura mundial
11 de noviembre de 2010Para impedir que Grecia entrara en bancarrota y apoyar al euro como moneda comunitaria, la Unión Europea puso a disposición un paquete de rescate de 750 mil millones de euros. Pero con eso sólo se pudo comprar tiempo. Tiempo para que los países deudores lograran consolidar sus presupuestos estatales.
Los resultados de la amortización de la deuda todavía no convencen, y el crecimiento logrado se ve amenazado por más medidas de ahorro. Las economías de Grecia y España volverán a contraerse este año. Y los otros socios problemáticos de la eurozona, Irlanda y Portugal, apenas lograrían mantener su status quo. La ausencia de crecimiento económico se traduce en menos recaudación fiscal, lo cual no ayuda a saldar una deuda cada vez mayor.
Uwe Wagschal, economista de la Universidad de Friburgo, al sur de Alemania, dice que esto no es nuevo: “La historia del mundo es una historia de endeudamiento. Incluso la antigua Grecia estaba altamente endeudada y vivía a costa de otros”, explica. Lo que a menudo resultaba en guerras civiles o en el colapso del Estado.
Estados endeudados crecen más lentamente
Este efecto negativo sobre el crecimiento acompañará durante mucho tiempo a los países altamente endeudados, ya que, históricamente, se sabe que “por lo general, en los países que deben mucho dinero, el crecimiento económico será algo más lento que en aquellos países que deben menos”, señala Thomas Straubhaar, director del Instituto de Economía Mundial de Hamburgo. Y aclara por qué: “Tiene que ver con el efecto multiplicador. Es decir, que el efecto económico de un dólar o de un euro gastado por el Estado es menor que si lo gastara un ciudadano”.
Además, los países endeudados podrían caer en la tentación de cancelar sus deudas a través de aumentos en los impuestos, lo cual limitaría, a su vez, el consumo privado. Es decir, un círculo vicioso. Y todos los esfuerzos por consolidar la deuda no amortizan las mismas, sino que demoran el crecimiento. Las viejas deudas son remplazadas por nuevos créditos para pagarlas.
No hay deuda que no se pague
Los bancos centrales no seguirán otorgando nuevos créditos gratuitos a los Estados, opina Thomas Straubhaar: “Tan pronto como la situación vuelva a estabilizarse, los bancos emisores del mundo volverán a aumentar los intereses debido a la creciente preocupación por la inflación”, indica el experto. Y en la medida en que los bancos emisores aumenten los intereses, también subirá la deuda estatal, añade Straubhaar.
Ahora mismo, Alemania, con una deuda fiscal del 77 por ciento del Producto Interno Bruto (PBI), ya gasta uno de cada cuatro euros de su recaudación impositiva para saldarla.
Las futuras generaciones pagarán la cuenta
De acuerdo con Uwe Wagschal, el problema del endeudamiento estatal es algo que debe tomarse con la mayor seriedad para que las próximas generaciones no carguen con tan pesada herencia. “Lo que está sucediendo aquí es una distribución unilateral de futuras cargas impositivas. Es decir, las deudas que contrae la actual generación gastando más de lo que tiene las pagarán las generaciones futuras”, explica el economista.
En Europa esto será especialmente dramático debido a una sociedad que envejece. Es decir, que una cantidad cada vez más reducida de personas jóvenes tendrán que financiar el sistema social para una cantidad cada vez mayor de ancianos. Por eso, la agencia de rating Standard & Poor's advierte en un nuevo estudio que, a causa de las deudas en amuento y una sociedad que envejece, el lapso en el que los países podrían lograr controlar su sobreendeudamiento pronto llegará a su fin.
Autor: Danhong Zhang/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas-Sasse