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PolíticaCorea del Sur

La democracia de Corea del Sur, puesta a prueba

12 de diciembre de 2024

La democracia surcoreana ha demostrado su resistencia tras el intento fallido del presidente Yoon Suk-yeol de imponer la ley marcial. Pero la agitación política ha revivido oscuros recuerdos de un pasado autoritario.

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Manifestantes en Seúl.
Miles de sudcoreanos salieron a la calle a pedir la destitución del presidente.Imagen: Chris Jung/NurPhoto/picture alliance

El líder del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) en Corea del Sur, Han Dong-hoon, dio su apoyo el jueves (12.12.24) a la moción que se votará el sábado para destituir al presidente del país, Yoon Suk-yeol,por su intento fallido de decretar la semana pasada la ley marcial.

Hyobin Lee, profesora adjunta de Política y Ética en la Universidad Nacional de Chungnam, explica a DW que los acontecimientos reavivaron la determinación de proteger la democracia por la que tantos surcoreanos murieron en el pasado. La académica piensa que la democracia ha prevalecido, pero por poco.

Ella fue una de las decenas de miles de personas que protestaron el sábado ante la Asamblea Nacional. Sostenía un cartel con una sola palabra: "Destitución”.

Un alarmante recuerdo del pasado

Lee señala que los sucesos de la semana pasada le recordaron el pasado autoritario de Corea del Sur. "Ver soldados armados fue aterrador. No podía creer que tales acontecimientos fueran posibles en 2024”, comenta. "Los momentos más impactantes fueron cuando soldados armados rompieron las ventanas para entrar en la Asamblea Nacional y helicópteros descendieron sobre el recinto”.

"Este Gobierno, que castiga sin piedad a quienes se le oponen, es verdaderamente aterrador. Como miembro del profesorado universitario, he participado en recientes debates sobre la situación  en los campus. Me di cuenta de que, bajo la ley marcial, yo también podría ser encarcelada”, afirma.

Lee recuerda que, durante la dictadura militar de Park Chung-hee, en la década de 1960, "innumerables personas fueron torturadas y asesinadas”. En mayo de 1980, la dictadura de Chun Doo-hwan masacró a más de 200 civiles cuando el Ejército fue enviado a la ciudad de Gwangju para sofocar las protestas.

"Estas muertes me vinieron a la mente cuando vi lo que estaba ocurriendo”, dice Lee. "No podía quedarme de brazos cruzados viendo cómo la democracia surcoreana perecía de esta manera... La gente que me rodeaba también sentía lo mismo”.

¿Prolongada agitación política en Seúl?

Los analistas coinciden en que, en el futuro inmediato, es probable que la política surcoreana sea turbulenta, con repercusiones en la economía, la diplomacia y la seguridad.

Leif-Eric Easley, catedrático de Estudios Internacionales de la Universidad Ewha Womans de Seúl, afirma que el líder del PPP y el primer ministro, Han Duck-soo, intentan estabilizar los asuntos de Estado y "ganar tiempo para reagruparse antes de unas posibles elecciones anticipadas para sustituir al presidente”.

El presidente Yoon Suk-yeol pronuncia un discurso en TV.
El presidente Yoon Suk-yeol defendió su postura en un discurso en TV.Imagen: Anthony Wallace/AFP/Getty Images

Pero lo que está en juego en las luchas internas va mucho más allá de Corea del Sur, añade. "Es probable que los dirigentes de Rusia, China y, sobre todo, Corea del Norte observen con regocijo la agitación política en Corea del Sur, al percibir una ventaja geopolítica”, subraya. "Lo que está en juego en Seúl va más allá de la democracia surcoreana”.

"La cooperación trilateral de Corea del Sur con Japón y Estados Unidos para contrarrestar las amenazas nucleares y de misiles de Pyonyang también pende de un hilo”, señaló Easley. "Ahora no es el momento de que Seúl permita que los profundos errores de juicio y las ambiciones personales de políticos individuales desorienten su política exterior”.

La democracia de Corea del Sur es resiliente

Los niveles de apoyo ciudadano a Yoon se ha desplomado, lo que sugiere que para la mayoría de los surcoreanos la prioridad es su destitución.

"Actualmente, Seúl es un hervidero de manifestaciones y, vayas donde vayas, no hay más que críticas a Yoon”, asegura Lee. "Aunque fue una suerte que se cancelara rápidamente la declaración de la ley marcial, no podía creer que el presidente fuera un desquiciado así”, añade. "Con el pueblo ya dándole la espalda, le será difícil gobernar”.

Lee se siente orgullosa de que la democracia surcoreana haya resistido las pruebas a las que se ha visto sometida. "La democracia surcoreana se ha afianzado profundamente y los acontecimientos de esta semana confirman que es muy improbable un retorno al autoritarismo”, destaca . "Esta constatación ofrece un gran consuelo durante la crisis actual”.

(ers/ms)