La cumbre de la esperanza
21 de mayo de 2003Los vínculos económicos germano-estadounidenses siguen siendo buenos, y se los considera por lo tanto como un sólido fundamento para las relaciones bilaterales, bastante a mal traer en el terreno político. En consecuencia, desde Berlín se mira con especial atención al encuentro de más de un centenar de directores de empresas de Alemania y Estados Unidos que, durante dos días, discutirán sobre las posibilidades de dar renovado impulso al intercambio comercial.
El "who is who" empresarial
La "cumbre empresarial", organizada en conjunto por las respectivas cámaras de comercio y la Confederación de la Industria Alemana (BDI), obedece a una idea que tuvo el embajador germano en Washington, Wolfgang Ischinger, mucho antes de que se vislumbraran las primeras tensiones entre ambos países. La intención era, simplemente, reunir a ejecutivos y políticos. Sin embargo, en el curso de casi un año de preparativos, el asunto fue cobrando mayores dimensiones, hasta convertirse en el mayor encuentro económico bilateral de la historia de estas dos naciones, como recalcan con gusto los organizadores.
En efecto, la lista de participantes equivale a un índice mixto de las principales empresas que figuran en las bolsas de Nueva York y Fráncfort. En ella se cuentan, entre otros, los máximos ejecutivos de Lufthansa, Daimler-Chrysler, Hapag Lloyd, General Electric, General Motors y Wall-Mart.
El tema de las relaciones económicas germano-estadounidenses será discutido en dos mesas redondas, a puertas cerradas. Al mismo tiempo se pretende desarrollar perspectivas para un crecimiento económico transatlántico. Los discursos principales estarán a cargo del ministro alemán de Economía, Wolfgang Clement, y el encargado de Comercio estadounidense, Robert Zoellick. Más allá de la materia específica, se espera que la reunión sirva también para generar mayor confianza, en vista de los roces de los últimos tiempos entre Washington y Berlín. En este contexto, Clement sostendrá conversaciones de índole política con el ministro de Comercio estadounidense, Donald Evans, y con el secretario de Hacienda, John Snow. Además se reunirá con el gobernador del Banco Central, Alan Greenspan.
Estrechamente entrelazados
Pese a la crisis política, hasta ahora no se han percibido efectos negativos en el plano comercial. Por el contrario: nunca antes las economías de ambos países habían estado tan interrelacionadas como ahora. Estados Unidos sigue siendo el principal mercado para los productos alemanes fuera de la Unión Europea. El volumen del comercio bilateral superó el año pasado los 120 mil millones de dólares. Las empresas estadounidenses que operan en Alemania dan trabajo a cerca de 800 mil personas. A su vez, las empresas germanas generan un millón de empleos en Estados Unidos.
Más aún: la cifra de importaciones directas de productos alemanes aumentó en Estados Unidos en un 17,6% durante el primer trimestre de este año, en comparación con igual período del año anterior. No obstante, también hay una sombra en el horizonte. La última queja estadounidense ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la prohibición de alimentos genéticamente manipulados afecta a toda la Unión Europea, y las consecuencias podrían ser la aplicación de aranceles punitivos y el estallido de una nueva guerra comercial.