La confusa postura internacional que le resta a Venezuela
7 de enero de 2021Desde 2017, al menos 50 países de la comunidad internacional rechazan las elecciones en Venezuela por fraudulentas, comenzando con los comicios que dieron inicio a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La ANC fue creada para redactar una nueva constitución, pero en la práctica asumió las competencias del Parlamento de mayoría opositora declarada nula por el Tribunal Supremo de Justicia.
La oposición y sus aliados internacionales cuestionaron las elecciones de 2018, en las cuales Nicolás Maduro resultó reelecto presidente de Venezuela. A raíz de ese proceso, la Asamblea Nacional declaró un vacío de poder y a Maduro un usurpador de la presidencia, lo que llevó a los diputados opositores a promulgar al presidente del Parlamento, Juan Guaidó, como presidente interino.
El chavismo recobra el control de la Asamblea Nacional
El conflicto político se ha profundizado hasta la más reciente elección parlamentaria del 6 de diciembre de 2020, cuando el chavismo recobró el control de la Asamblea Nacional. Lo logró a pesar de múltiples críticas por organizar unas elecciones sin garantías electorales claras ni observación internacional.
Los comicios estuvieron marcados por la abstención de la mayoría opositora, además de la evidente baja participación electoral, pero con el acompañamiento de aliados extranjeros al chavismo. Desde su elección en 2015, el Parlamento, de mayoría opositora, nunca tuvo la oportunidad de legislar con el pleno reconocimiento del Estado, cuyas instituciones leales al chavismo mantuvieron una firme labor de obstaculizar el poder legislativo.
Durante los últimos 5 años, la inmunidad parlamentaria no protegió a los diputados de oposición de convertirse en perseguidos políticos, de ser encarcelados, exiliados y de estar sujetos a torturas. En su último año constitucional, incluso se les prohibió el acceso al Palacio Federal Legislativo. Durante este tiempo, la Asamblea Nacional luchó por ser reconocida, resistió varios ataques al interno del Capitolio, sus competencias fueron compartidas entre el Tribunal Supremo de Justicia y la ANC, que fue disuelta por el ejecutivo al instalarse la nueva Asamblea Nacional este 5 de enero de 2021.
La UE rechaza la legitimidad de la Asamblea Nacional
Una declaración del alto comisionado de la Unión Europea reiteró que las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre "no cumplieron con los estándares internacionales para un proceso creíble". En el comunicado, la UE rechaza la legitimidad de la Asamblea Nacional y expresa que mantiene su "compromiso con todos los actores políticos y de la sociedad civil que luchan por devolver la democracia a Venezuela, incluido, Guaidó y otros representantes de la saliente Asamblea Nacional elegida en 2015, que fue la última expresión libre de los venezolanos en un proceso electoral", declara.
Para la UE, que nunca se refirió a Guaidó como presidente interino, sino presidente del Parlamento, el apoyo que ofrecerá a la oposición no será reconociéndolos como Asamblea Nacional, pues está claro para Europa que su mandato ha culminado.
La comunidad internacional: la dificultad de asumir una postura coherente
La internacionalista Giovanna de Michele explicó a DW que la declaración de la UE refleja lo complejo que resulta para la comunidad internacional asumir una postura coherente sobre la situación en Venezuela, porque "no hay ninguna muestra de legitimidad en ninguno de sus poderes públicos. Además, la oposición no ha logrado aglutinarse en torno a la figura de un solo líder político u objetivo tanto a nivel nacional como nivel internacional". Sin embargo, "el reconocimiento que la UE mantiene a Guaidó lo erige, en estos momentos, como el principal liderazgo opositor de Venezuela", resalta De Michele.
Como un último respiro para garantizar la continuidad de la Asamblea Nacional, aún en sus funciones y liderada por Guaidó, aprobaron una reforma parcial del Estatuto de la Transición para darle continuidad a sus funciones, más allá del período constitucional. Era de esperarse que la decisión sería anulada por el TSJ. No obstante, es una reforma difícil de vender a la comunidad internacional.
Para algunos internacionalistas, Guaidó podrá presentarse como un líder legitimado por la Venezuela opositora, pero "representar la continuidad administrativa, para seguir con la vigencia de la Asamblea Nacional electa en el año 2015, es una figura que no es fácil de comprender dentro de Venezuela y mucho menos a nivel internacional, ya que es una posición que está completamente al margen de la Constitución; su período cesó y habrá que buscar otro mecanismo o alguna otra forma para reconocerlo", explica De Michele.
Guaidó sigue siendo "el principal interlocutor válido"
Más allá del nombre del cargo que represente Guaidó, su figura se mantiene en un alto perfil internacional. Guaidó se mantiene como un factor sumamente importante, "porque es el principal interlocutor válido para transmitir, internacionalmente, lo que sucede dentro de Venezuela. Guaidó tiene poder mientras el departamento del tesoro de Estados Unidos le siga reconociendo ciertas competencias para manejar los fondos de la República venezolana en el exterior, sobre todo en el territorio de Estados Unidos", detalla De Michele.
Sin embargo, la internacionalista enfatiza que "restituir la democracia y la institucionalidad no le corresponde a la comunidad internacional, es más, ni siquiera le corresponde los venezolanos en el exterior. Es un asunto de una competencia exclusiva de los venezolanos dentro del país y en él no hay miras de restituir la democracia y restablecer la institucionalidad sin el apoyo de la Fuerza Armada Nacional".
"El chavismo se ha beneficiado de los errores de la oposición"
El apoyo de potencias como China y Rusia ha sido fundamental para resistir y mantener el poder bajo mando de Maduro. Pero también el chavismo se ha beneficiado de los errores de la oposición, según Damián Alifa, sociólogo y analista político del portal, con tendencia de izquierda, Aporrea.org.
Alifa conversó con DW y recuenta que los problemas de la oposición, bajo el liderazgo de Guaidó, comenzaron "el 30 abril de 2019 cuando la oposición no pudo concretar un golpe Estado. Desde ese momento comenzó un proceso de descalabro en la oposición, divisiones, fracturas y ausencia de una nueva ruta. Evidentemente eso fue generando el desgaste que conocemos".
Es evidente que, con la nueva Asamblea Nacional, con mayoría oficialista, Maduro se fortalece políticamente. Para Alifa, las negociaciones con el Gobierno de Maduro dependen de la fuerza interna y geopolítica, "dependiendo de ese balance se sacará la conclusión de qué se puede negociar y qué no se puede negociar", dice Alifa.
"Con una oposición en descalabro, dividida, fragmentada, sin capacidad de convocatoria, con un importante debilitamiento diplomático, evidentemente Maduro no está dispuesto a negociar el poder", explica Alifa.
¿Llegará con Biden rectificaciones en la política exterior hacia Venezuela?
En su análisis, resalta que la postura cohesionada de un bloque de países para apoyar a un Gobierno paralelo en Venezuela, siguiendo la estrategia estadounidense de política de sanciones y aislamiento diplomático, fracasó. Ahora, que Donald Trump finalmente ha concedido que se realizará una "transición ordenada y pacífica" al presidente electo de EE. UU., Joe Biden, los escenarios con respecto a Venezuela se podrían ver afectados dentro del bloque de países y organismos internacionales que apoyan a la oposición venezolana.
Para Alifa, Biden tiene tres incentivos claves. Uno es superar los fracasos de Trump, "hacer un balance sobre esos cuatro años de política exterior hacia Venezuela, cuáles fueron las líneas gruesas y evidentemente hacer importantes rectificaciones", dice Alifa. Segundo, tiene que ver con los "intereses de empresas norteamericanas en Venezuela que están operando especialmente en el área petrolera para levantar las sanciones.
Por último, existe otro incentivo para Biden por la "presión de los acreedores norteamericanos de la deuda venezolana, que, de alguna manera, vienen presionando por una política mucho más pragmática de Estados Unidos para cobrar la deuda, reestructurarla y negociarla con el Gobierno de Maduro, que es, en definitiva, quién controla el poder", resalta Alifa.
Mientras los incentivos internacionales hacia Venezuela están claros en términos económicos, cabe destacar que existen incentivos humanitarios para que organismos internacionales puedan negociar con el Gobierno de Maduro. Las violaciones de DD. HH., la crisis humanitaria, la desnutrición, las fallas de servicios públicos, como agua, luz, gas y combustible, son factores que requieren ayuda internacional y que a lo interno afectan el desarrollo del país.
Si no se solucionan estos y muchos otros problemas, no se puede avanzar en satisfacer los incentivos internacionales. Igualmente, rechazar todas las instituciones del Estado como ilegítimas crea un vacío diplomático que termina afectando a los habitantes más vulnerables y que expone la compleja situación política y humanitaria de la coyuntura actual en Venezuela.
(few)