La competencia: el eterno tema de debate
26 de marzo de 2007Durante dos días, políticos, economistas y científicos de más de 70 países se reúnen en Múnich. Al sur alemán les traen las barreras que en el mundo se ponen al comercio y a la libre competencia, y el modo de combatirlas.
Pese a la congregación internacional en esta XIII Conferencia sobre la Competencia, dos temas muy europeos han dominado las discusiones de los invitados comunitarios: la lucha de la Comisión Europea por lograr una mayor apertura del mercado energético y la intención alemana de liberalizar su mercado postal, que ya está fechada para finales de 2007 y que los germanos esperan encuentre seguidores en los restantes países de la UE.
Contra la cerrazón energética
"En Europa estamos lejos de contar con un mercado energético común", constataba en Múnich Neelie Kroes, comisaria europea para la Competencia. Si se quiere que la energía fluya por Europa sin cortapisas de los grandes consorcios, la única alternativa es la completa separación de redes de abastecimiento y empresas productoras, opina Kroes.
En el tema de la energía no sólo cuenta el amor por el libre mercado. Europa depende en exceso de las compañías que hoy aseguran su abastecimiento y se espera que dando entrada a nuevas empresas la dependencia se reduzca, el suministro energético quede asegurado y los consumidores europeos puedan por fin ver cómo las cifras impresas sobre sus facturas de luz y gas comienzan a bajar.
Pero abrir un mercado tan cerrado y en el que se entremezclan tantos intereses resulta todo menos sencillo. La drástica propuesta de Kroes supondría para los ahora todopoderosos consorcios energéticos perder la exclusividad en la utilización de sus propios gasoductos y vías de transporte. Y la idea no agrada en absoluto a un importante aliado de Alemania: Rusia. "Ya se verá si al final tenemos que ir tan lejos, pero me parece bien que todas las opciones estén abiertas", opinó al respecto el ministro de Economía alemán, Michael Glos.
La Post pierde el monopolio
Poco a poco ha tenido que ir soltando partes del negocio y los últimos resquicios de su poder monopólico tienen fecha de defunción: finales de 2007, cuando también en el envío de cartas de menos de 50 gramos la Deutsche Post tenga que permitir la competencia de otras compañías. Alemania parece decidida a seguir adelante con la liberalización de su mercado postal, aunque algunos políticos socialdemócratas han expresado ya sus dudas en voz alta.
Glos, sin embargo, espera que los restantes países europeos sigan a Alemania en su decisión y considera que cualquier batalla que gane la competencia va en beneficio de los consumidores. "El tantas veces descrito escenario en el que el mercado postal alemán se ve invadido por empresas extranjeras no tiene ninguna base real", dijo Glos en Múnich.
Sobre patriotismos y nacionalidades
El proteccionismo siempre tuvo mucho que ver con el sentimiento nacional y el deseo de la política de beneficiar a las empresas de casa. Ulf Böge, presidente del Departamento Federal Alemán para la Competencia, advirtió de los peligros que conlleva la defensa de los consorcios propios en el mercado internacional. "El favorecer a los campeones nacionales o europeos con la ayuda de la política industrial impide la libre competencia, margina a la pequeña y mediana empresa y corre a cuenta del consumidor", aseguró.
En la misma línea pero en dirección contraria habló Prevenche Berès, presidenta de la Comisión Económica del Parlamento Europeo. "Como han demostrado las dificultades con Airbus y Galileo, los campeones europeos no existen. Tenemos que acabar con el patriotismo nacional e instaurar un patriotismo europeo", declaró la política francesa en el acto de apertura de la Conferencia.