Elefantes en peligro
19 de abril de 2012
DW: El rey Juan Carlos fue objeto de una lluvia de críticas porque viajó a Botsuana a cazar elefantes. El rey es presidente honorario de Vida Salvaje en España. ¿Qué opina usted acerca de esto?
Roland Gramling, vocero de Vida Salvaje en Alemania: El WWF alemán le hizo llegar al rey Juan Carlos su pedido de que renuncie a la presidencia honoraria de Vida Salvaje en España. Apoyamos a los colegas del WWF en España, aun cuando la caza de trofeos que practicó el rey –hasta donde podemos juzgarla- fue legal. Pero aún así no es compatible con la función honoraria que desempeña el rey de España. Después de lo sucedido, Juan Carlos no posee la dignidad suficiente como para seguir cumpliendo con su función de modelo de rol.
Como presidente honorario del WWF, ¿el rey Juan Carlos no se comprometió a cumplir con determinadas reglas de esa organización?
El rey no se comprometió a no salir de caza.
¿Cómo afecta este episodio a la imagen del WWF?
La opinión pública lo dice bien claro: no quiere que el presidente honorario de Vida Salvaje salga a cazar elefantes. El WWF lo comprende y apoya esa opinión. Pero creo que ahora debemos darle al rey Juan Carlos la posibilidad de que él mismo reconozca que ya no puede ejercer la presidencia honoraria del WWF en España.
¿Qué piensa Vida Salvaje de la caza legal de trofeos?
El objetivo del WWF es que en África vuelva a haber suficiente espacio para que vivan grandes manadas de elefantes, y para eso trabajamos. Hemos constatado que el peor enemigo del elefante es el cazador furtivo. Año tras año mueren más de 12.000 elefantes debido a la caza furtiva. Y hemos aprendido –lo cual para quienes se dedican a la protección de animales es todo un desafío- que, bajo determinadas circunstancias, se puede llegar a tolerar la caza furtiva regulada, ya que está destinada a combatir la pobreza y, como consecuencia, también la caza furtiva.
La condición para ello es que no se permita cazar especies en peligro de extinción, que la caza se lleve a cabo bajo estrictas medidas de vigilancia, y que la populación de las especies que se cazan no disminuya. Además, los ingresos resultantes de la caza furtiva se deben utilizar para mejorar la situación de las personas que habitan la región o para la protección del medio ambiente. Entonces sí se la podría tolerar.
Sin embargo, muchos de quienes se abocan a la protección de animales consideran que la caza de elefantes es algo cruel e inaceptable. ¿De qué modo se controla entonces la caza de elefantes?
Lo importante es que nadie debe poder practicar la caza furtiva de forma ilegal y sin que haya un estricto control. Si la caza se somete a los controles legales, se cazan sobre todo animales enfermos y de avanzada edad. El peor enemigo de los elefantes es la caza furtiva, porque en ella no se controla la manera en que se caza a esos animales. Se mata a las hembras madres que recorren el territorio con sus crías, y lo único que les importa a los cazadores es el marfil. Ni se les ocurre pensar en términos de protección de la naturaleza.
Pero en la región en la que el rey Juan Carlos salió a cazar elefantes, la caza furtiva no es un gran problema…
Sí, de hecho, allí la caza furtiva ha dejado de ser un gran problema. En Botsuana rigió desde el 2001 hasta el 2003 una prohibición de caza, y lo paradójico fue que mientras se la prohibió se produjo un verdadero auge de la caza furtiva. Después de que el Gobierno la legalizó, ese auge disminuyó.
¿De qué modo piensa explicar el WWF a los donantes en Alemania y en Europa que, por un lado, trabaja para proteger a los animales, y por el otro, acepta dinero de cazadores de trofeos para llevar a cabo proyectos de protección a las especies?
Nosotros no aceptamos dinero de cazadores de trofeos.
¿Sus proyectos no son financiados con medios provenientes de la caza mayor?
Vida Salvaje tolera la caza bajo determinadas condiciones. Lo importante es que el dinero y los ingresos que provienen de la caza lleguen a la gente del lugar. Eso significa que las comunidades de la región se benefician de la caza. Lo importante es que las personas valoren la naturaleza que los rodea.
Entrevista: Irene Quaile (CP)
Editor: Enrique López