La Bundesliga en Sudáfrica: Argentina y Brasil
5 de junio de 2010Martín Demichelis
Cuando el defensor central repite algo que ha dicho a lo largo de los años que lleva en Alemania, la afirmación no suena como una lisonja, sino que representa una verdad del desarrollo de su carrera profesional: “todo lo que he logrado se lo debo al Bayern”. Lo que Demichelis no dice, pero hay que saber, es que lograr aquello que “más deseaba en la vida” (en sus propias palabras), ser parte fundamental de la selección argentina, le tomó más tiempo del esperado.
El jugador es actualmente, con 29 años, uno de los más veteranos en la plantilla del Bayern, club al que llegó en el 2003, y se pasó un lustro jugando en una posición que no era la suya; ese cambio fue culpable de su tardía convocatoria a la selección. Demichelis, adquirido como defensor central, terminó aceptando ocupar un puesto diferente, el de volante de contención, como compromiso para poder jugar regularmente; en el 2005 fue llamado a la “albiceleste” que disputó en Alemania la Copa Confederaciones, pero no estuvo ni un minuto en la cancha, en el medio no se lo necesitaba y por ello se lo tachó de la lista de los jugadores que participaron por el país en el Mundial del 2006.
“Eso es lo peor que me ha pasado en la vida” contó Demichelis sin ocultar que estuvo al borde de un ataque depresivo que pudo haber echado al trasto su vida futbolística; la redención tampoco llegó un año más tarde en la Copa América, cuando ni siquiera se lo tuvo en cuenta. De todas formas, en el segundo semestre del 2007 las cosas empezaron a cambiar gracias a que conquistó en el Bayern la posición de central, que nuevamente le abrió la puerta en la selección; al termino de la temporada (junio 2008) no sólo se lo consideró el mejor en su posición en la Bundesliga, también era titular en el equipo argentino.
Pese a que en los dos últimos campeonatos alemanes no estuvo a la altura de ese cenit, el gran año del Bayern con van Gaal repercutió en su confirmación como un imprescindible en la escuadra de Diego Maradona. En marzo pasado fue tal su entrega en el partido Alemania – Argentina, disputado en Múnich, que terminó con una ruptura del pómulo; pese a ello pocas semanas después estaba otra vez en la cancha luchando por las aspiraciones del Bayern (al final recompensadas) de disputar el título de la Champions League, dos meritorias actuaciones que inclinaron la balanza a su favor.
Grafite
Lo lógico hubiera sido el convocar a Edinaldo Batista Libanio (Grafite) a la selección del Brasil el año pasado, en mayo del 2009; entonces era un fresco campeón con el Wolfsburgo, recién coronado monarca de los artilleros del fútbol alemán con 28 anotaciones, futbolista del año y autor del gol más espectacular del torneo, un taco con el que burló a 5 defensores del Bayern. En su segunda temporada en la Bundesliga, a la que llegó proveniente de la liga francesa, donde apenas era uno más de los miles de inmigrantes brasileros que llenan las plantillas de equipos europeos, Grafite había alcanzado el cielo, y muchos ojos empezaron a mirar a Alemania en busca de sus goles.
El delantero del Wolfsburgo no era uno de los grandes nombres en el concierto internacional, pero sus logros en la temporada 2008/2009 de la Bundesliga despertaron curiosidad en su patria, donde se registró con orgullo su debut en la Champions League contra el ZSKA Moscú: tres goles en la victoria 3-1 de su equipo el 15 de septiembre del 2009. Aún así, esos argumentos no convencieron al entrenador Dunga de convocarlo a la selección brasilera que disputaba la clasificación al Mundial de Sudáfrica.
Al año siguiente las cosas ya no marcharon tan bien para Grafite, la Bundesliga 2009/2010 fue testigo de la perdida de su potencia, apenas 11 goles en 30 partidos; la figuración internacional del Wolfsburgo fue corta tras ser eliminado de la Champions League, y posteriormente de la Liga de Europa, donde la mejor actuación del brasilero fueron sus dos goles en el partido contra el Villarreal en febrero; el trofeo como mejor cañonero de Alemania se lo tuvo que ceder a su compañero Edin Dzeko. Y fue entonces cuando Dunga lo convocó a la selección brasilera que participa en el Mundial, eso pese a que apenas jugó 26 minutos en un amistoso contra Irlanda en marzo (eso sí, sirvió el pase del primer gol) ajustando su segundo partido con la “auriverde”, el primero había sido un amistoso contra Guatemala en abril del 2005 (un gol) cuando aún el trampolín alemán no estaba en sus planes.
Josué
Como su compatriota Grafite, Josué completa ya en Alemania 3 temporadas, sin embargo a diferencia del goleador, que ha tenido altos y bajos, el volante y capitán del Wolfsburgo sorprende por su constancia. Sin ser un jugador de enorme resplandor, su rendimiento es por costumbre regular: efectivo, disciplinado, competente y polo de tranquilidad para el resto de sus compañeros.
Josué también se afianzó en la selección del Brasil vía Bundesliga, pero en su caso ello ocurrió más por fruto del azar del calendario que por la plataforma que le brindó el fútbol alemán ya que Dunga, el entrenador carioca, contaba con él por conocerlo y haberlo visto ya con el equipo nacional al lado de otros dos jugadores que pasaron por el Berlín, Mineiro y Gilberto. De un total de 26 partidos con Brasil, el mediocampista del Wolfsburgo ha cumplido 16 desde que está en Alemania, donde ha madurado en el papel de futbolista confiable.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Pablo Kummetz