"La apuesta de Lula fue la distribución del ingreso"
21 de junio de 2010El próximo 3 de octubre será elegido al sucesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a quien la ley le prohíbe presentarse como candidato a un tercer mandato consecutivo. Lula, uno de los líderes más influyentes del mundo, que ha convertido a su país en una potencia en ascenso deja el gobierno después de ocho años de gestión. El asesor en Política Exterior de Lula, Marco Aurélio García, conversó con DW-WORLD sobre la estrategia del mandatario brasileño.
DW-WORLD: ¿En qué situación deja Lula el país?
Marco Aurélio Garcia: En una situación buena. Tenemos una tasa de crecimiento que podría superar el 8 por ciento este año, con una situación social muy positiva. Hubo un aumento en el salario mínimo y un crecimiento del empleo durante los últimos ocho años muy significativo de 14 millones de nuevos empleos. La situación macroeconómica está bastante bien, Lula deja cuentas equilibradas y una reducción sensible de la vulnerabilidad externa del país, con reservas de casi 260.000 millones de dólares. Brasil está en una buena situación. Obvio que hay cuestiones sociales que tienen que ser resueltas. Nosotros no estamos en una situación autocomplaciente, pero quien llegue a la presidencia del país va a encontrar una situación más fácil que la que encontró Lula tuvo cuando comenzó su gobierno.
El año pasado fueron descubiertas nuevas reservas de petróleo. ¿A cuánto ascienden las reservas de Brasil y en qué serán utilizados los recursos petroleros?
Es muy difícil estimarlo porque constantemente aparecen nuevos yacimientos, pero estimamos que Brasil se situará entre los cuatro principales productores mundiales de petróleo. Las últimas estimaciones calcularon las reservas en unos 80.000 millones de barriles, pero esta cifra ya fue superada. Nuestra idea, que creo que es lo más importante, es que Brasil no se transforme en un exportador de crudo sino que tengamos capacidad de agregar valor a la extracción de crudo, es decir, producir gasolina, diesel y otros derivados. Vamos a destinar una parte significativa de los ingresos petroleros a la creación de un gran fondo para financiar políticas sociales, de desarrollo científico y tecnológico, educación y cultura.
Brasil es uno de los países con mayor gasto militar. ¿Cual es el peligro? ¿No sería mejor invertir esos ingresos en educación?
Eso no es cierto, Brasil es uno de los países con menor gasto militar. Incluso en América Latina, si nos comparan con Chile y Perú no hay punto de comparación.
¿A cuánto ascienden los gastos de defensa?
Son gastos que están por ser definidos. Después del régimen militar, que quizás estigmatizó a las fuerzas armadas por haber participado en un golpe militar, hubo una reducción brutal del gasto militar en el país, lo que provocó una pérdida de la capacidad de las fuerzas armadas, que quedaron con armamento viejo y sueldos bajísimos, y sobre todo ausencia de una perspectiva. Yo siempre he dicho que allá en Brasil las fuerzas armadas tenían tres enemigos en el pasado que fueron el comunismo internacional, Argentina y el enemigo interno. El comunismo internacional ya no existe, Argentina se ha transformado en nuestro principal aliado y el enemigo interno está en el gobierno. Había que repensar totalmente la estrategia de defensa del país. Fue lo que nosotros hicimos el año pasado y eso va a significar un cambio muy grande en la organización de las fuerzas armadas. Eliminamos esa "Idea Napoleónica" de los cuarteles en las ciudades. Lo que nosotros queremos son unas fuerzas armadas que protejan las fronteras, la Amazonía, y los litorales, todo esto enmarcado en una estrategia disuasoria. Tenemos 8.000 kilómetros de litoral. Eso supone equipamientos modernos, sofisticados y una gran movilidad en el país.
¿En que consiste el éxito económico brasileño que ningún otro país latinoamericano ha logrado emular? ¿en el desarrollo de una industria propia antes de convertirse en potencia petrolera?
Por suerte no fuimos una potencia petrolera porque tal vez si hubiéramos sido eso tendría consecuencias malas para el país. No para nuestro gobierno, pero tal vez otros gobiernos anteriores hubieran hecho lo que otros países en el mundo.
¿Como México?
No quiero decir México, pero lo que otros países hicieron. Chávez incluso tiene una visión muy crítica sobre el modelo de desarrollo que su país llevó a cabo como país petrolero. Brasil pudo desarrollar, en ese sentido como México, como Argentina, una industria nacional importante y preservó esta industria y la desarrolló incluso durante el período militar. Porque los militares brasileños no fueron neo-liberales sino fueron desarrollistas. Autoritarios pero desarrollistas. Eso dejo una cierta base industrial en el país pero el problema fue el desequilibrio. Durante la dictadura crecimos durante varios años tuvimos una tasa de crecimiento de 10-12 por ciento anual. Entre los años 30 y los años 80 la economía brasileña creció en un promedio de 6 por ciento, lo que es mucho. Sin embargo ese crecimiento estuvo enmarcado en un desequilibrio macroeconómico muy grande. Crecimiento de la deuda, períodos de inflación muy álgidos y exclusión social. No fue un crecimiento que tuviera incidencia en mejorar las condiciones de vida de la gente.
¿Eso ha sido resuelto?
Nosotros conseguimos resolver en primer lugar el problema del desequilibrio macroeconómico, y de la vulnerabilidad externa. Brasil era un país deudor cuando Lula asumió el gobierno ahora es un país acreedor, hasta a Grecia estamos prestando dinero. En segundo lugar reiniciamos un período de crecimiento económico y lo hicimos con fuerte distribución de ingresos y esto fue uno de los factores del crecimiento económico. Porque cuando llegó la crisis y hubo una retracción del mercado internacional. Las exportaciones al año siguiente de la crisis (2009) cayeron en un 25 y 30 por ciento, lo compensamos en gran medida con el mercado interno. Para que haya un mercado interno la gente tiene que tener empleo, tiene que recibir salarios, y entre tanto el salario mínimo en Brasil duplicó su valor. A diferencia de otros períodos lo que hemos hecho ha sido en el marco de una democracia.
El hecho de que alguien como Lula que fue un líder sindical haya llegado a la presidencia en Brasil es algo que aquí en Europa sería impensable, pero también la política exterior de la cual ha sido usted su asesor sorprende a los europeos. ¿Cual es la apuesta de Lula?
Una apuesta que está centrada en la defensa de valores universales respecto a la soberanía nacional, respecto a los derechos humanos, la solución de conflictos por la vía de la negociación, y un énfasis muy grande en la necesidad de un orden multilateral. Nosotros creemos que Brasil puede tener una voz en el mundo porque nosotros creemos que hemos arreglados algunas cuestiones internas, no todas, pero tenemos todavía mucho que hacer en el aspecto de inclusión social, por ejemplo. Pero el hecho de haber logrado un crecimiento equilibrado, macroeconómico y social, nos fortaleció mucho porque si no es muy difícil que un país tenga credibilidad.
¿No tendrá consecuencias para Brasil en su aspiración a pertenecer al Consejo de Seguridad de la ONU, el hecho de que este mismo Consejo haya impuesto sanciones a Irán cuando Brasil las rechaza?
Puede que tenga, es algo imprevisible, pero no lo creo porque nuestra decisión no fue una aventura, fue algo pensado. Turquía y Brasil fuimos exitosos en algo que los demás países no lo fueron que era llevar a Irán a la mesa de negociaciones. El Consejo de Seguridad tiene como preocupación fundamental zanjar situaciones de crisis, nosotros creemos en la posibilidad de que el conflicto con Irán se resuelva. Más allá de las sanciones que ha impuesto el Consejo de Seguridad de manera incorrecta y sobre todo inútil, no está excluido que la negociación pueda reestablecerse. Irán está mostrando buena voluntad en eso.
En Cuba Lula se ha mantenido leal a un régimen que representa un símbolo de resistencia a los Estados Unidos pero que viola los derechos humanos. Me llamó la atención que Lula llamara delincuente al disidente cubano Orlando Zapata que murió en la cárcel.
No, no lo llamó delincuente, yo creo que ahí hubo un comentario lateral que suscitó esa interpretación. Hay de una manera general en toda América del Sur, en toda América Latina, hay un movimiento de solidaridad con Cuba sobre todo a partir del bloqueo estadounidense, que es un error muy grave porque penaliza fundamentalmente a la población y no produce los resultados que a Estados Unidos le gustaría ver, un cambio en la naturaleza del régimen. Por eso nosotros incluso utilizamos a Cuba como símbolo para criticar una solución semejante en el caso de Irán. Cuba tiene problemas políticos, sí los tiene. Todos los países los tienen, unos tienen más otros tienen menos. En algún momento yo dije que todos los países tienen problemas de derechos humanos lo que fue interpretado por algunos medios como si fuera una posición cínica de nuestra parte. No somos cínicos. Estados Unidos y otros países mantienen una relación muy fluida con países en donde hay gravísimas violaciones a los derechos humanos, tienen sus razones, que son desde intereses de Estado hasta económicos. Nosotros no tenemos ningún interés económico en Cuba, ninguno. Estamos ayudando a Cuba sobre todo en proyectos que pueden mejorar las condiciones de vida de los cubanos, como en el sector agrícola y portuario. Creemos que los cambios en Cuba tendrán que decidirlos los cubanos y hay un movimiento en la sociedad cubana en esa dirección.
Autora: Eva Usi
Editora: Emilia Rojas