La apertura en China es oportunidad para la UE
21 de noviembre de 2013Es una relación de 500 mil millones de euros. Tal fue el volumen de negocios entre la Unión Europea y China durante el año 2012. El bloque europeo es el principal socio comercial de China. Este país es por su parte, después de Estados Unidos, el segundo socio comercial más importante de la UE.
Esto no significa que la relación bilateral sea del todo armónica. Este año se ha producido una serie de conflictos que ponen en riesgo la relación comercial entre chinos y europeos. Sanciones arancelarias para tubos de acero, vinos o paneles para el aprovechamiento de la energía solar amenazan con desatar una guerra comercial.
En octubre pasado se escucharon en Bruselas, por fin, palabras más conciliadoras a cargo del viceprimer ministro chino, Ma Kai. Se habló entonces de un “vasto plan para cimentar el futuro de las relaciones UE-China”. También se mencionó “la garantía de que China tiene disposición de llevar la colaboración a niveles superiores”.
Se llegó al acuerdo concreto de comenzar en esta cumbre UE-China las negociaciones para un acuerdo comercial bilateral de inversiones.
Socio estratégico
La Unión Europea y China no son solamente socios comerciales. Desde hace una década forman parte de una “asociación estratégica”. Este instrumento es visto con buenos ojos por una y otra parte. La UE cultiva en general diez mecanismos de colaboración de este tipo. China casi 40.
La asociación estratégica UE-China se desarrolla en más de 50 foros de diálogo, además de encuentros de alto nivel y una cumbre anual.
En ocasiones, las cumbres chino-europeas se asemejan a rituales coreográficos preparados con esmero, que al fina arrojan magros resultados.
La que comienza este jueves en Pekín podría ser una excepción. Ambas partes tienen en alta estima a la relación bilateral. Además, el Comité Central del Partido Comunista de China aprobó un amplio paquete de reformas, con un total de 60 puntos.
“Los europeos son los primeros interlocutores internacionales de China luego de que fueron dadas a conocer las reformas”, subraya Francois Godement, politólogo y director del Programa para China en el Consejo Europeo de Relaciones Internacionales.
“Estoy seguro de que ambas partes sabrán aprovechar la oportunidad para obtener más información y conocer de primera mano las opiniones de los dirigentes chinos”, añade el especialista en entrevista con DW.
Liu Liqun, profesor de la sección alemana en la Universidad de Pekín, también da por hecho que las decisiones del Comité Central del Partido Comunista jugarán un papel importante en la cumbre UE-China.
“La política de reforma y apertura seguirá evolucionando. El mercado será fundamental en la manera como se distribuyan los recursos y el capital”, dice el académico a DW.
Fin del confinamiento
En las reformas del Comité Central hay mucho material de interés para la UE. Por ejemplo, el relajamiento de la política demográfica que limitaba a un descendiente la procreación de las parejas, a veces con procedimientos inhumanos.
O la posible abolición de la llamada “reeducación a través del trabajo”, confinamiento decidido por la policía sin procedimiento jurídico de por medio. La posibilidad de que esta práctica llegue a su fin entusiasma a las organizaciones civiles.
Pero lo que más interesa a la delegación europea, encabezada por el presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, y por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, son las reformas en los sectores económico y financiero.
La sola mención de las reformas impactó en los mercados bursátiles. Después de todo, dichos cambios incluyen el otorgamiento de permisos para pequeños y medianos bancos privados, la apertura de algunos sectores al capital extranjero, y la adecuación de precios en servicios como el agua y la energía eléctrica a niveles determinados en mayor medida por el mercado.
En todos estos aspectos, la UE tiene mucho que ofrecer, afirma Francois Godement. En todo caso, las condiciones parecen óptimas. El acuerdo para la cooperación chino-europea en materia de desarrollo urbano fue suscrito en China en 2012 por Li Keqiang como viceprimer ministro. Él mismo volvera a estar en la mesa de negociaciones por la parte china, pero ahora como jefe de gobierno.