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Agricultura sedienta

Helle Jeppesen/ Eva Usi25 de agosto de 2012

El agua y la seguridad alimentaria son centro del debate de la Semana Mundial del Agua que comienza en Estocolmo, Suecia. Expertos piden adaptar la producción mundial de alimentos a los recursos acuíferos disponibles.

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Imagen: Jean-Phillipe Venot

"El agua es vida y corazón de la economía verde. Por ello es importante hablar sobre la sustentabilidad en el uso los recursos acuíferos”, afirma Kenza Robinson, Secretaria del Agua en el Departamento para asuntos Económicos y Sociales de la ONU, (UN DESA).

El agua es un recurso indispensable que tiene múltiples usos. Es necesaria en el funcionamiento de hidroeléctricas que protegen el medio ambiente, pero necesitan grandes cantidades de agua para la generación de energía eléctrica. En la producción de un microchip, por ejemplo, son necesarios 32 litros de agua, lo que para un automóvil se traduce en 400.000 litros de agua en promedio.

Sin embargo la agricultura es la que más agua emplea, con un consumo estimado de un 70 por ciento de los recursos acuíferos globales. No sólo porque la agricultura suministra la producción de alimentos para seres humanos y animales, sino también para atender la creciente demanda de combustibles ecológicos.

Benedikt Haerlin von Zukunftsstiftung Landwirtschaft. Der Journalist ist Mitglied der International Commission on the Future of Food, der Internationalen Kommission zur Ernährungszukunft, und hat an der Weltagrarbericht (IAASTD) als Vertreter der internationalen NGOs mitgearbeitet. Aufnahme: Katharina Körner, Aufnahmedatum: 15.7.2012, Hasselförde in Mecklenburg, Freigabe für DW
El agrónomo Benedikt Haerlin.Imagen: Katharina Körner

Fuentes de agua dulce, las mismas

Aunque los recursos acuíferos se reciclan a través de circuitos gigantescos, no se generan nuevas fuentes, por lo que la cantidad de agua sigue siendo la misma.

El agrónomo Benedikt Haerlin de la fundación Futuro de la Agricultura (Zukunftstiftung Landwirtschaft), considera que no sólo es importante el cómo se usa el agua. “El punto decisivo es cómo conservamos el agua en el suelo y en las plantas en el ecosistema en general, antes de que se evapore y comience el ciclo de nuevo”, señala.

Según Haerlin, habiendo una agricultura sustentable y un suelo sano es posible atender la creciente demanda de alimentos de una población mundial en expansión. El experto advierte que sustentabilidad significa que en el cálculo se considere el agua “virtual”, es decir, el agua necesaria en la elaboración de cualquier producto, incluso en la agricultura.

Para darnos una idea, en la producción de un kilo de trigo en un país tan desértico como Somalia, son necesarios 18.000 litros de agua. En cambio en Eslovaquia, son suficientes 465 litros. Benedikt Haerlin apela a considerar los recursos acuíferos disponibles y adaptar las necesidades de producción de alimentos a ellos.

Ananas Monokultur, Costa Rica
Monocultivo de piña en Costa Rica.Imagen: CC/Make fruit fair!

Importaciones que habría que evitar

“Alemania importa agua indirectamente de regiones en donde el recurso es mucho más escaso”, dice el experto y cita como ejemplo las importaciones de granos de soya, cuya producción requiere grandes cantidades de agua. “El comercio con agua "virtual" debiera regisrse en función de donde hay agua y donde no la hay, y no según la demanda y el que tiene más dinero”, afirma.

Si los países se atuviera a esta lógica desaparecerían gigantescos monocultivos que son negativos para los circuitos acuíferos. A diferencia de los cultivos mixtos, los monocultivos almacenan muy pequeñas cantidades de agua en el suelo. Además, muchos monocultivos tienen que ser regados artificialmente.

Según Kenza Robinson debemos ser mucho más cuidadosos con el agua que con cualquier otro recurso, incluyendo los hidrocarburos. “El acceso al agua es uno de los derechos humanos y tiene prioridad por sobre otros recursos”, concluye.

Autora: Helle Jeppesen/ Eva Usi

Editor: José Ospina Valencia