Löw sigue siendo seleccionador nacional por costumbre
1 de diciembre de 2020Los análisis de Joachim Löw deben ser excepcionalmente buenos. No hay otra explicación para el hecho de que este hombre de 60 años haya logrado permanecer en el cargo nuevamente, hasta la Eurocopa del verano y, por ahora, también hasta el Mundial de 2022. La más bien sorprendente noticia fue anunciada por la DFB en la tarde de este lunes 1° de diciembre de 2020.
Ya tras la Copa del Mundo de 2018, Löw explicó a la DFB cómo pudo haberse producido aquella falla total del "sistema" con la consiguiente eliminación del equipo alemán en la primera ronda. La solución: reconstruir el equipo con jugadores jóvenes y hambrientos de triunfo. También entonces, su concepto halló oídos receptivos.
La directiva que rodea al presidente de la DFB, Fritz Keller, aceptó ahora igual de "amigablemente" el nuevo análisis de Löw. El más reciente y desastroso 0-6 contra España fue al parecer visto como un desliz excusable, y no como otro grave error en el funcionamiento de la selección nacional.
"Un solo partido no puede ni debe ser criterio para el desempeño general de la selección y del seleccionador nacional", argumentó la Federación: "En consecuencia, Joachim Löw sigue contando con la confianza de la directiva de la DFB".
¿Le han tomado cariño a Löw?
Sin embargo, esta justificación ignora las semanas y meses anteriores en los que la selección se vio en aprietos en muchos juegos contra oponentes supuestamente más débiles. Por no hablar de la necesidad de un nuevo comienzo, y de un espíritu y optimismo renovados en torno al joven equipo. Esos momentos en los que "nubes oscuras" se ciernen sobre el objeto de marketing que es "La Manschaft", tal y como la describe el gerente Oliver Bierhoff, estuvieron regularmente acompañados de repetidas encuestas públicas, en las cuales se hizo evidente que el interés en la selección se vuelve cada vez menor. La también la significativa caída de las cuotas de audiencia, noablemente bajas para partidos internacionales, respaldan el panorama sombrío que ahora está ignorando el séquito de la DFB.
Sin embargo, todos estos factores parecen no haber tenido ningún papel o un papel insuficiente en la evaluación de la Federación. Al contrario: obviamente, los responsables del fútbol alemán se han encariñado tanto con Löw a lo largo de los años, que pueden ignorar estas tendencias. Y tal vez no pueden imaginarse a ningún otro entrenador nacional. Ralf Rangnick, por ejemplo, ya se había ofrecido públicamente como posible sucesor.
Lahm critica claramente al seleccionador nacional
La junta directiva elogió "la relación intacta entre equipo y entrenador". Löw ha presentado "un concepto claro para el procedimiento seguido hasta acá y para el que seguirá a partir de ahora", dijo por su parte la DFB.
En este contexto deben situarse las últimas declaraciones del exjugador Philipp Lahm, a quien probablemente nadie acusaría de parlanchín: "Ahora tiene que asegurarse de que los jugadores en los que confía finalmente despeguen". Ya en 2018, Lahm había dicho que "Jogi Löw tiene que adaptar su discurso a esta generación".
Si se interpreta de forma poco amistosa, esto podría ser una clara indicación de Lahm de que Löw ya no comprende las necesidades de sus jugadores, que generalmente tienen poco más de 25 años, y que ya no puede llevar a estos profesionales al máximo rendimiento.
Incluso visto de una manera amigable, Lahm, con experiencia en el círculo más íntimo del equipo, llama la atención sobre déficits elementales. Y desde entonces han pasado alrededor de dos años, en los que el equipo de Löw no ha dado precisamente la impresión de estar entusiasmado.
Los árbitros, por otro lado, se basan en tópicos: Löw está haciendo un "trabajo de alta calidad" y "tomará todas las medidas necesarias para jugar una emocionante Eurocopa 2021 con el equipo".
Distante y terco
La falta de confianza del público en Löw también se debe al hecho de que el seleccionador nacional nunca consideró realmente necesario comunicar sus decisiones de una manera que todos pudieran entenderlas. Parece más terco que vanidoso, y de ninguna manera está dispuesto a renunciar ni siquiera un poco a su distanciamiento.
Löw también deja muchas preguntas sin respuesta en el análisis de errores personales. Esto genera desconfianza, especialmente en momentos en los que no se consiguen éxitos. Que los aficionados al fútbol quieren ver, después de 14 años, a otro maestro del fútbol asumir la responsabilidad, y que los jugadores necesitan también nueva inspiración, parece ser un pensamiento que no le cruza la cabeza a Löw.
Con su salida por una puerta trasera de la sede de la DFB, tras el anuncio de la decisión, Löw se mantuvo fiel a sí mismo. Consiguió su objetivo. El resto no parece molestarle al actual seleccionador nacional. Y ha desperdiciado la primera oportunidad de un nuevo comienzo personal.
(rml/ers)