Kuarup: el ritual funerario de los yawalapiti
Cuando muere el jefe, los indígenas de la región brasileña de Xingu se reúnen para realizar un ritual único. El deceso de Aritana marcó el fin de una importante voz para este pueblo, amenazado por el cambio climático.
Diversidad en peligro
Varias tribus viven en el Parque Indígena Xingu, ubicado en el estado de Mato Grosso, en Brasil. Las une la amenaza del cambio climático y las políticas del presidente derechista Jair Bolsonaro, que ha protegido y promovido la expansión de la explotación maderera, agrícola y minera, además de la ganadera, en las zonas habitadas por los pueblos originarios.
Explotación económica en lugar de conservación
Cerca del 13 por ciento del territorio nacional brasileño está habitando por indígenas y antes estaba protegido. Esto no solo garantizaba la sobrevivencia de los pueblos, sino también de la selva tropical que habitan. Pero Bolsonaro quiere levantar el estatus de zona protegida a áreas como el Parque Xingu (arriba a la izquierda) para permitir la explotación económica de esos territorios.
Reunión colorida en un momento triste
La pérdida de su líder, el jefe Aritana de los yawalapiti, víctima del COVID-19 en agosto de 2020, devastó a las tribus de Xingu. El ritual kuarup, que honra la memoria de los fallecidos, reunió a más de mil miembros de nueve tribus el 9 de septiembre de este año.
Hijo afligido
"No estamos unidos. El Xingu ya no tiene a nadie que pueda organizar a todos los jefes", dijo Tapi Yawalapiti, hijo y probable sucesor del fallecido líder. Desde la muerte del jefe Aritana, los indígenas han carecido de un liderazgo fuerte, un problema particularmente grave en tiempos de pandemia y de incertidumbre política.
Víctimas de la pandemia
Los espíritus de los fallecidos son honrados con troncos pintados puestos en el centro de la aldea. El líder Aritana fue uno de los 12 miembros de la comunidad que murieron de COVID-19. Desde entonces, todos los adultos de los grupos han sido vacunados contra el coronavirus.
Lucha en honor de los muertos
El ritual fúnebre llega a su punto más álgido con una competencia de artes marciales entre guerreros de las nueve tribus. Primero pisotean la zona central de la aldea en un baile de guerra, antes de que comience el combate. La lucha ritual busca honrar al jefe tribal fallecido, no determinar el nombre de su sucesor.
Colores de dolor
Para las peleas, los yawalapiti pintan sus cuerpos con tinte negro, elaborado con el fruto del árbol jagua, así como con un tinte rojo producido a partir de semillas de achiote, que se hierven para formar una pasta.
"Fuera Bolsonaro"
La sensibilidad contemporánea se mezcla con la tradición: el rostro colorido de un niño que participó en el ritual kuarup tiene reminiscencias del archienemigo de Batman, el Guasón. Este fue combinado con un mensaje político en su pecho: "Fuera Bolsonaro".
Fiesta fúnebre
Parte del ritual funerario es la realización de una fiesta comunitaria. Pescados recién capturados son cocinados sobre una enorme fogata y luego son comidos entre todos, junto a un pastel de mandioca preparado por las mujeres del pueblo.
Pescado como recurso vital
El pescado, la principal fuente de proteínas de las tribus, es esencial para su sobrevivencia. Los hombres se quejan de que los peces cada vez son menos abundantes, debido en parte a los pesticidas que contaminan el río Xingu. Además, los niveles del afluente siguen bajando, debido a que los productores de soja desvían su cauce para regar sus plantaciones, dice la antropóloga Claudia Franco.
¿Qué viene ahora?
"Nuestro principal desafío es unirnos nuevamente para salvar nuestras tierras", aseguró Tapi Yawalapiti, hijo del fallecido jefe. El posible sucesor hizo hincapié en que la creciente destrucción de las tierras de Xingu debe ser detenida, y preservar la rica biodiversidad de la región para el beneficio de las futuras generaciones. (dz/rml)