Kirkegaard: No decide el FMI, sino los europeos
8 de julio de 2015DW: El Fondo Monetario Internacional (FMI) respalda la posición griega de que Atenas necesita urgentemente una condonación de deudas. Pero los jefes de gobierno europeos no han dado indicios de querer dar ese paso. ¿Discrepan los acreedores en un punto decisivo?
Jacob Kirkegaard: No creo que esa discrepancia sea realmente substancial. Si se habla reservadamente con representantes de la eurozona, todos admiten tener claro que hay que dar por perdida gran parte del dinero prestado a Grecia. En consecuencia, hay que reestructurar la deuda. La cuestión no es ya si se hará, sino cuándo y cómo.
¿Qué significa eso en concreto?
La verdadera discrepancia entre el FMI y la eurozona consiste en que un sector fuerte del Fondo Monetario está a favor de una condonación inmediata, para que la economía griega se reactive. Otro grupo del FMI está más cercano a la postura de la eurozona y quiere aprobar la condonación cuando Grecia haya hecho sus tareas y cumpla sus promesas de reforma. Pero al final decidirán los europeos y no el FMI, porque se trata de créditos europeos.
¿Se ve respaldada la postura griega, y debilitada la alemana, con este informe del FMI?
El informe ayuda a Alexis Tsipras sobre todo en casa, ya que puede explicarle al electorado griego por qué ha resistido tanto y por qué los griegos deben soportar el cierre de los bancos y otros problemas. Pero el informe no tendrá mucho efecto allí donde realmente importa: en los demás gobiernos europeos, que tienen sus propios electorados en casa.
¿No se complican las negociaciones con las divergencias entre las instituciones acreedoras?
Se podrían complicar un poco… Pero también cabe preguntarse: ¿Quién se beneficiaría de una dilación? ¡Nadie! Y ¿quién se vería perjudicado? Grecia. Los bancos griegos permanecerán cerrados hasta que haya acuerdo.
¿Refleja el informe del FMI, a grandes rasgos, la postura estadounidense?
Con su demanda de una condonación de deuda, se acerca a las conocidas posiciones estadounidenses. Pero el gobierno de Obama no tiene una posición exactamente definida.
El New York Times criticó en un editorial el manejo de la crisis por parte de los gobernantes europeos. ¿Refleja eso también la visión del gobierno y del mercado financiero estadounidense?
La opinión generalizada aquí es que la crisis del euro debería terminar de una vez. Desde el punto de vista estadounidense, Europa está obsesionada con un pequeño país que tiene el 2 por ciento del producto social bruto europeo, en lugar de preocuparse más del autodenominado Estado Islámico, de Ucrania y muchas otras cosas. Aquí hay una cierta irritación por el hecho de que los europeos no hayan logrado manejar la crisis. Pero eso no significa que Estados Unidos respalde la demanda griega de una condonación. Piense que, en la práctica, la política con respecto a Grecia se implementa a través del FMI. Y el Fondo Monetario Internacional fue uno de los que diseñó en gran medida el programa de reformas de Grecia. Si el presidente Obama se manifiesta críticamente con respecto a la política de austeridad, apunta más bien a la política interna estadounidense.