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Kerry, el favorito secreto de Europa

Emilia Rojas27 de julio de 2004

Los europeos tienen la vista puesta en la convención demócrata, que consagrará la candidatura presidencial de John Kerry y en la que se proclama un objetivo central: acabar con el creciente aislamiento de Estados Unidos.

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No es Clinton, pero lo intenta...Imagen: AP

Dicen que el ex presidente Bill Clinton arrancó hasta lágrimas de emoción y de nostalgia política entre algunos de los asistentes a la inauguración de la convención demócrata, en Boston. Probablemente también en algunos lugares de Europa se añoren los tiempos en que no había zozobras en las relaciones transatlánticas. Tiempos no exentos de graves problemas, como la guerra de los Balcanes, en los que sin embargo el Viejo y el Nuevo Mundo se daban la mano para enfrentarlos.

Bill Clinton unterstützt John Kerry
Clinton arrancó ovaciones entre los delegados demócratas, en Boston.Imagen: AP

Lo que los gobiernos no pueden decir

Oficialmente, los gobiernos europeos -incluido por supuesto el alemán-, mantienen estricta neutralidad ante la campaña electoral estadounidense. "Es completamente obvio que no se tome partido en las discusiones políticas internas" de Estados Unidos, aseguraba hace poco el coordinador de las relaciones germano-estadounidenses, Karsten Voigt. Pero lo que no pueden decir los dirigentes políticos, sí puede decirlo la prensa independiente.

"De seguro muchos gobernantes de Europa cruzarán en secreto los dedos cuando los demócratas estadounidenses consagren en Boston a John Kerry como su candidato presidencial", apuntó el periódico alemán Neue Osnabrücker Zeitung. La edición alemana del Financial Times, indicó, por su parte, que "un triunfo de Kerry desencadenaría en Europa un suspiro de alivio que se escucharía hasta en Washington." Igualmente planteó que, según la opinión general, un relevo en la Casa Blanca permitirá reparar los lazos transatlánticos. A juicio del matutino, el optimismo parece fundado ya que "difícilmente las cosas podrán ponerse peores que con Bush".

Discrepancias múltiples

Objetivamente, las dificultades de los últimos años en materia de política internacional no han sido de menor cuantía. Al margen de la profunda división que provocó la guerra contra Irak, incluso dentro de la Unión Europea, el gobierno de Washington ha contrariado la visión del Viejo Mundo en múltiples capítulos, comenzando por su rechazo a la Corte Penal Internacional y terminando por su negativa a respaldar los intentos globales de frenar el cambio climático. Eso sin olvidar las discrepancias en torno al conflicto del Medio Oriente, en el que Bush se ha inclinado por el gobierno israelí en una medida que resulta inquietante para muchos europeos.

En lo tocante a Alemania, demás está decir que con Bush se vivió la peor crisis diplomática con Estados Unidos que se haya registrado desde la II Guerra Mundial. La negativa del canciller federal alemán a secundar los planes bélicos contra Irak le valió sufrir la "ley del hielo" durante meses. Peor aún: con Schröder caído en desgracia, fueron los líderes de la oposición germana los que encontraron puertas abiertas en las altas esferas de Washington. Cierto es que los ánimos se han calmado y la reconciliación marcha bien a nivel oficial. Pero la imagen del gobierno estadounidense ha perdido varios puntos entre los germanos. Como indicio de ello podría tomarse el que uno de sus detractores, el cineasta Michael Moore, se ha convertido en una especie de estrella en Alemania.

US Präsident George W. Bush, Rede
George W. Bush: difíciles relaciones con Alemania.Imagen: AP