Juguetes 2005: tradición, innovación y polémica
11 de febrero de 2005Los bebés Dentín lloran lágrimas cada vez más auténticas y Barbie ya prácticamente necesita casa propia para guardar todos los accesorios que ha ido acumulando con el paso de los años. Pero, en el fondo, siguen siendo lo que siempre fueron: muñecas que conquistan el corazón de las niñas. Esa es la realidad que se refleja en la feria del juguete, que tiene lugar en Nurenberg hasta el 15 de febrero: no se puede volver a inventar la rueda. No obstante, la innovación es la clave a la que apuesta la industria del ramo para salir adelante en un mercado cada vez más competitivo, en el que parece irrefrenable el avance de los productos baratos hechos en China.
Tsunami didáctico
Cerca de un millón de productos se presentarán este fin de semana en Nurenberg, de los cuales 60 mil son novedades. Claro está que muchas de ellas consisten en juguetes clásicos, a los que se han incorporado nuevos elementos técnicos. Por ejemplo, un tradicional teatro de títeres ha sido dotado ahora de efectos luminosos y sonoros que, según la descripción del producto, “permiten a los niños convertir cualquier obra que representen en un éxito de Broadway". Este juguete ganó incluso un premio a la innovación.
Otros juegos han resultado, en cambio, bastante controvertidos. Mucho que hablar ha dado un set para hacer experimentos, que pretende enseñar cómo se producen los tsunamis y terremotos. El primer ministro bávaro, Edmund Stoiber, quien inauguró la feria, consideró de mal gusto que empresarios intenten sacar beneficios económicos de la catástrofe del sudeste asiático. Una portavoz de la empresa eslovaca Mehano, fabricante del juguete en cuestión, replicó que éste había sido desarrollado mucho antes del maremoto, lo cual invalidaría la crítica.
El “ludo” de siempre
Las novedades no logran, sin embargo, desplazar a los juegos tradicionales. El clásico “ludo”, que ya tiene 90 años, sigue figurando en la paleta de productos del fabricante berlinés Schmidt, mientras Fischertechnik celebra su cuadragésimo cumpleaños reeditando su primera caja de piezas para la construcción.
Pese a todas las dificultades económicas, los fabricantes alemanes anunciaron nuevos records de ventas, aunque el mercado nacional se haya contraído en un 3%. Playmobil, por ejemplo, incrementó sus ventas en 11%, alcanzando los 359 millones de euros. El grupo Simba-Dickie registró un aumento del 3,6%, gracias a su fusión con Big, mientras la empresa Ravensburger creció un 8,2, alcanzando la cifra de 279,4 millones de euros. Según el jefe del directorio de esta firma, el producto estrella es en este momento el rompecabezas esférico, del que se vendieron más de un millón de unidades en el primer año.