Jugar es un peligro made in China
16 de agosto de 2007
Mattel, la empresa de juguetes más grande de Estados Unidos, en una acción espectacular a nivel internacional, retiró del mercado esta semana más de un millón de artículos. Motivo: los riesgos para la seguridad que representan los imanes no bien fijados y la pintura con plomo. La empresa no descarta retirar más productos, dependiendo de los resultados de las pruebas que está realizando. Miles de Elmos, Bigbirds, Barbies, Batmans y automóviles han hecho el camino de regreso a la bodega. Su mayor problema radica en el lugar de su nacimiento: todos made in China.
Tres cuartas partes de la producción mundial de juguetes proviene de la China; 20.000 fábricas están emplazadas ahí; aproximadamente cuatro millones de personas laboran en ese ramo industrial; los costos de producción son increíblemente bajos. Pese a su fenomenal balance comercial, China lucha desde hace algún tiempo contra merecida mala imagen de sus productos. Sonados casos de alimentos y pasta dental con sustancias tóxicas – provenientes de la China- se encargaron de hacer oficial lo que era vox populi. Y ahora Mattel.
Defensa made in China
El portavoz del ministerio chino de Comercio, Wang Xinpei, rechaza los reproches internacionales por la falta de seguridad de sus juguetes y otras exportaciones. Calificó de exagerada la reacción de ciertos países. Dado el volumen que se produce en China, es normal que algo salga mal, aseveró Xinpei, “pues siempre hay gente irresponsable”. Según información de agencias, una funcionaria de la Asociación de Juguetes declaró anónimamente que la situación era conocida en esa institución desde el mes de marzo.
Reacción europea
La Unión Europea, por su parte, celebró la decisión de Mattel. "La cooperación entre los fabricantes y las autoridades es la clave para aumentar la seguridad, y se necesita más vigilancia de ambas partes", dijo en un comunicado la búlgara Maglena Kuneva, comisaria de Protección al Consumidor. Según informa el diario El País, este verano la comisaria europea ya había estado en Pekín para tratar, precisamente, del tema de la seguridad. En el 2006, el 48% del volumen de productos que la UE ha catalogado de peligrosos proviene de la China, y el 24% de ellos son juguetes. De peligroso se cataloga, según las normas europeas, desde probabilidad de inflamarse hasta la asfixia.
“Tanto productores e importadores, como los representantes de las empresas aquí en Europa están obligados a actuar de acuerdo a las normas de seguridad de la EU. El control se encuentra en manos de cada país, que cuando detecta una irregularidad informa a RAPEX (Rapid Exchange of Information System), el sistema de información de la comisaría para la Protección al Consumidor”, informó a DW-WORLD Rolf Fischer, el encargado del Control de Juguetes de la Asociación Alemana para el ramo.
¿Y la culpa es de quién?
Teniendo en cuenta esta cadena: ¿de quién es la culpa cuando un niño se asfixia con una pieza imantada que se ha desprendido de su automóvil de juguete? ¿De Mattel por hacer producir en China, de ésta por producir barato, de la Unión Europea por no exigir firmemente que se cumplan sus directivas o de cada país por no controlar mejor? La culpa es de los padres, decía un locutor en una emisora alemana, por comprarle a los niños productos baratos made in China.