“Escupir a Schweinsteiger fue un error”

Deutsche Welle: Javier, haber escupido a Schweinsteiger le costó una suspensión de cuatro partidos. ¿Cómo le parece el castigo: exagerado o justo?

Javier Pinola: “La sanción ya la esperaba, sé que cometí un error, del cual me arrepiento, y todos los que alguna vez han jugado al fútbol saben que uno en la cancha está a muchas revoluciones; yo recibí dos codazos en muy corto tiempo que no justifican lo que hice, pero sí por lo menos aclaran lo que pasó. Soy un ser humano, como tal me equivoco y espero aprender de este bochornoso acontecimiento que nunca antes me había pasado en la vida”.

¿El escupitajo es entonces el final de una cadena de acción-reacción?

Yo al otro día del partido, por iniciativa propia, llamé a Schweinsteiger para disculparme y aclarar las cosas; ambos establecimos que él había jugado mal al utilizar repetidamente los brazos y los codos al enfrentarme, lo cual tampoco lo hace culpable de lo que pasó, pero él comprendió y fue muy amable.

¿Cómo se desarrolló esa conversación telefónica?

Al ver lo que pasó yo decidí llamarlo, no sabía si él quería atenderme pero el teléfono timbró sólo una vez y el contestó inmediatamente mi llamada. Yo le agradezco a él muchísimo el haberme escuchado, le dije que estaba avergonzado y el reaccionó muy bien, trató de entenderme y yo lo entendí a él. La cosa se hizo más grave de lo que fue, y por ello, porque no quiero tener problemas ni con Schweinsteiger ni con nadie en la Bundesliga, le agradezco su comprensión.

¿Cree que el incidente tomó dimensiones mayores a las que merece?

En la cancha pasan cosas peores que las que yo hice, a mi me trataron por un escupitajo como a un asesino y la verdad es que espero que en el futuro otras cosas más sucias salgan también a la luz. Yo me equivoqué, de eso no hay duda y es algo inexcusable, pero creo que debe haber un parámetro para todos pues aquí han pasado cosas más graves que las mías.

Javier, pero usted tiene fama en la Bundesliga de ser un jugador recio…

…pero limpio, yo en mis más de 150 partidos en la Bundesliga he recibido muchas tarjetas amarillas, pero nunca he sido expulsado; mi juego es recio, pero nunca con mala voluntad, y eso lo saben todos en Alemania.

Pero en esta ocasión la comisión disciplinaria decidió imponer una sanción ejemplar.

Yo no me quejo de la sanción, la acepto, pero no podemos hacer de todo lo que sucede en el fútbol un ejemplo; Schweinsteiger, el conductor de la selección alemana y –eso se lo dije al teléfono- uno de los mejores, si no el mejor jugador de la Bundesliga, también me pegó un par de codazos y luego habló en caliente sobre el tema, lo cual tampoco estuvo bien. Hay que dejar en claro que lo que hice no fue bonito, pero yo no lesioné a nadie, ni maté a nadie; hay cosas que pasan en la cancha y quedan en la cancha, afuera se olvidan, yo lo veo así.

Algunos medios han especulado que el escupitajo podría ser una especie de venganza por las declaraciones poco amables de Schweinsteiger sobre Argentina antes de jugar contra Alemania en el Mundial.

No, eso no tiene nada que ver. Pero bueno, más allá de las interpretaciones lo que pasó, pasó, y yo quiero olvidarlo y aprender de esa experiencia cosas positivas.

Lo que significa que Javier Pinola cambiará su forma de jugar.

No, yo no voy a cambiar mi forma de jugar pues ella me ha llevado a donde estoy; lo que sí voy a cambiar es que cuando quieran provocarme voy a contar hasta 10 para tranquilizarme y evitar reacciones inapropiadas. Eso sí lo voy a hacer.

Autor: Daniel Martínez

Editor: Enrique López