Javier Bertucci, de pastor a candidato presidencial
20 de febrero de 2018Este domingo (18.2.2018), un pastor evangélico aparentemente ajeno a los grupos que apoyan y adversan al régimen de Nicolás Maduro, sorprendió a los venezolanos al anunciar su participación en los próximos comicios presidenciales, pautados para el 22 de abril: Javier Bertucci, de 48 años, líder de la iglesia Maranatha y de la asociación civil El Evangelio Cambia, oficializará su decisión este miércoles (21.2.2018). El religioso tiene en contra los escándalos que ha protagonizado en el pasado –una condena por contrabando y una mención en los “Papeles de Panamá”–; pero, ¿cabe augurarle un buen desempeño en las urnas gracias el crecimiento de las feligresías pentecostales en el país caribeño?
“Aunque la influencia de las iglesias libres en América Latina se ha intensificado, ese auge ha sido moderado en Venezuela. Un candidato presidencial costarricense que ha convertido su confesión evangélica en parte importante de su identidad política tiene posibilidades de ascender a la jefatura del Gobierno en este instante; pero ese no es el caso de Bertucci”, explica Daniel León, del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Leipzig. A sus ojos, lo que sí puede ocurrir es que el pastor le “robe” apoyos a la oposición antichavista, si ésta decide competir por los votos y evitar la reelección de Maduro.
¿La hora de los pentecostales?
Antonio Sáez Arance coincide con León al afirmar que el de las iglesias pentecostales es un fenómeno en expansión. “El empeño de estas congregaciones en hacer sentir su fuerza en el ámbito político latinoamericano no cesa; desde luego, en las naciones centroamericanas llevan décadas de ventaja porque están mucho más cerca de su punto de origen: Norteamérica”, subraya Sáez Arance, profesor del Instituto de Historia de la Universidad de Colonia. “En Venezuela, lo que ha propiciado la aparición de un Javier Bertucci –es decir, de un pastor sin experiencia política que sale a probar suerte, a pescar en río revuelto– es la precaria situación de la oposición tradicional; ésta se ha desarticulado a tal punto que sus dirigentes ni siquiera se han puesto de acuerdo sobre si boicotearán o no las elecciones”, dice el docente.
Según el catedrático de Colonia, especializado en historia de España y Latinoamérica, el discurso de Bertucci “destila una simpleza y una banalidad impresionantes”, con acento en temas como la seguridad, el orden y la moral en tiempos donde eso es lo que muchos venezolanos añoran. A juicio de Bertucci, los problemas económicos son más fáciles de resolver que la crisis de valores éticos que afligen a la nación sudamericana. Mensajes como ese fueron aplaudidos con fervor por cientos de personas que lo oyeron hablar el domingo pasado (18.2.2018) en el estado norteño de Carabobo. “Nadie puede descartar que este señor termine sacando un 25 o 30 por ciento de los votos”, sostiene Sáez Arance.
Comicios en entredicho
“En Venezuela, los evangélicos representan aproximadamente el 25 por ciento de la población. Es imposible dar cifras precisas porque, en lo que respecta a Venezuela, no tenemos acceso a investigaciones demoscópicas fiables. Tampoco es posible medir exactamente el peso que pueda tener la candidatura presidencial de Bertucci porque, en Venezuela, las encuestas disponibles están sesgadas”, advierte el experto de Colonia, antes de señalar las reservas que varias democracias occidentales han manifestado de cara a los comicios presidenciales venezolanos. “Los resultados de esas elecciones no van a ser reconocidos internacionalmente porque su transparencia no está garantizada”, asegura.
“Lo del 22 de abril será un simulacro de elecciones donde seguramente ganará Maduro, de una forma u otra, con mayor o menor grado de manipulación. Pero es posible que Bertucci quede en segundo lugar o en tercero”, pronostica Sáez Arance, dando por plausible que Bertucci no esté aspirando realmente a la presidencia de la República, sino buscando demostrarle al oficialismo su poder de convocatoria y potencial político como líder religioso. “Es lógico que así sea porque la clientela de los grupos pentecostales no es muy distinta de la clientela del chavismo. La ‘Revolución Bolivariana’ tuvo éxito, sobre todo cuando el presidente Hugo Chávez vivía, porque apeló a los excluidos”, observa Sáez Arance.
Evan Romero-Castillo (ER)