Júbilo y críticas después de Bali
9 de diciembre de 2013El hecho de que los miembros de la OMC hayan llegado a un acuerdo en Bali acerca de facilitar el comercio mundial tuvo un eco muy positivo en la clase política mundial. El presidente de la Comisión de la Unión Europea, José Manuel Barroso, dijo que es el “impulso correcto” para la economía internacional, y estimó que producirá un rendimiento global de cerca de un billón de dólares. “Es una buena noticia, también para las exportaciones alemanas”, señaló el ministro de Economía de Alemania, Philipp Rösler.
Se espera que todos se beneficien de las medidas, también los países emergentes. El ministro de Comercio indio, Anand Sharma, ve en el paquete de Bali una victoria de los campesinos, en India y en el mundo en vías de desarrollo: “Durante las negociaciones se formó una coalición de países en desarrollo que demostró, sobre todo, resistencia y solidaridad ante las presiones”. En la resolución de Bali se prevén regulaciones excepcionales para India en cuanto a las subvenciones agrarias que permiten abastecer de alimentos a la población.
La economía, a la espera de pingües ganancias
También los representantes de la economía expresaron su aprobación al paquete de Bali. La Cámara Internacional de Comercio (ICC), se refirió a un “acuerdo histórico”. Solo a través de la simplificación de las normas aduaneras, las empresas de todo el mundo podrían llegar a ahorrar hasta un 15 por ciento en el comercio internacional de mercancías.
También los países industrializados, como Alemania, se beneficiarán del acuerdo. El presidente de la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK), Volker Treier, dijo que desde Bali partió “una señal importante y correcta”. Según él, la economía alemana podría contar con un crecimiento de 60.000 millones de euros en los próximos cinco años. También la Cámara de Comercio de EE. UU. subrayó la relevancia de las resoluciones para la misma OMC: “La OMC ha restablecido su credibilidad como foro irremplazable para las negociaciones sobre el comercio mundial”. Gita Wirjawan, el ministro indonesio de Comercio, habló al final de la conferencia en Bali sobre las iniciativas que ayudarán a los países en vías de desarrollo a beneficiarse del sistema multilateral de comercio.
Críticas de las ONG
Sobre todo en este último punto, las Organizaciones No Gubernamentales manifestaron su escepticismo. La organización eclesiástica “Pan para el mundo” (Brot für die Welt) no ve en las negociaciones en Bali un apoyo a los intereses de los países más pobres, sino, por el contrario, un obstáculo. Entre otras cosas, critican que solo se hayan concedido excepciones para las subvenciones agrarias a India. “No se entiende por qué sólo India podrá tomar medidas para ayudar a los pequeños campesinos en la lucha contra el hambre”, dijo un portavoz de la entidad. Y añadió que “la resolución de Bali demuestra que la Organización Mundial del Comercio no es el marco adecuado para acordar regulaciones globales sobre seguridad alimentaria”.
La sección alemana de la red “Attac” dijo, asimismo, que el paquete de Bali es “un desastre en vistas de lograr un orden justo en el comercio mundial”. Alexis Passadakis, miembro de Attac, criticó que “a pesar de las variantes para un compromiso, el resultado de la conferencia beneficia, sobre todo, los intereses de exportación de los países del hemisferio norte en lo que respecta a facilidades aduaneras”.
La organización Oxfam, por su parte, elogió el acuerdo, que es “al menos un respiro para los países pobres”. Sin embargo, no considera que haya sido un logro ni haya marcado un hito importante, ya que se sobrevaloraron las ventajas de las medidas, ignorando lo que costará a los países pobres ponerlas en marcha.
Autor: Christian Ignatzi/ CP
Editor: Enrique López