México: desaparición de italianos pone en la mira a Policía
6 de marzo de 2018Su último mensaje data del pasado 31 de enero: "Fuimos detenidos por la Policía en una gasolinera de Tecalitlán. Dicen que estamos arrestados y debemos seguirlos”, reza el audio. Luego desaparecieron Raffaele, Antonio y Vincenzo. Tecalitlán es un pequeño pueblo en el estado mexicano de Jalisco, 700 kilómetros al noroeste de Ciudad de México.
Los tres italianos de Nápoles viajaban allí para vender máquinas. Raffaele Russo, de 60 años, es el jefe de un clan familiar más grande, Antonio, de 25 años, es su hijo y Vincenzo Cimmino, un sobrino.
En México desaparece gente, casi todos los días, sin dejar rastro. Ahora, tampoco los extranjeros están exentos. Y eso que Jalisco no figura en la lista de los cinco estados riesgosos de México, según EE.UU.
Hace solo unos días, una bomba estalló en un ferry entre los centros turísticos de Playa del Carmen e Isla Cozumel en el sur de México, hiriendo a 24 personas, incluidos cinco estadounidenses. Después de encontrar otro presunto artefacto explosivo, las Embajadas de Canadá y Estados Unidos recomendaron evadir dichos destinos.
En el caso de los tres italianos, su familia movió inmediatamente cielo y tierra para buscarlos: presentaron denuncia ante la Fiscalía y alertaron a los funcionarios de la Embajada italiana en México. "Mi padre es un jubilado que vende perfumes y chaquetas en los mercados callejeros de México para mejorar su pensión”, explica Francesco Russo, quien agrega que en la mañana de su desaparición había hablado con él por teléfono.
¿Italianos de dudosa procedencia?
Su padre quería dar una vuelta con el auto de alquiler para ver si podía vender algo, le contó Francesco al periódico "Milenio”. Pero después de las 2 y media de la tarde ya no volvió a contestar el teléfono. El resto del clan familiar acudió a los medios en Italia. En el estadio de fútbol de Nápoles se mostró incluso una pancarta durante un partido del SSC de Nápoles, en el que se requería la liberación de los tres.
Las autoridades mexicanas hicieron lo mismo. Como de costumbre, las víctimas fueron las primeras sospechosas. La familia Russo ha sido arrestada en varias ocasiones en México y Raffaele en el estado de Campeche por fraude, dijo el fiscal de Jalisco, Raúl Sánchez Jiménez, en rueda de prensa. Los Russo habrían vendido además, generadores y mezcladoras de cemento falsificados como marcas alemanas, pero que en realidad eran productos pirateados chinos. La fiscalía mexicana examina si hay cargos contra estas personas en Italia. Más tarde se filtró que Raffaele había entrado a México con documentos falsos, un cargo que la familia rechazó estrictamente.
Luego, el canciller italiano, Angelino Alfano, llamó a su homólogo mexicano, Luis Videgaray, para decirle que "Italia estaba muy preocupada por el destino de sus compatriotas". Poco después, la fiscalía mexicana detuvo a cuatro policías que estaban en la gasolinera en el momento de la desaparición de los tres italianos. Estos agentes habrían admitido haber arrestado a los italianos y haberlos vendido a delincuentes, supuestamente del cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), a 43 euros por cabeza. Desde entonces, el jefe de policía de Tecalitlán desapareció del mapa.
"Así es como muchos policías de todo México ganan algún dinero extra", dice José Reveles, experto en crimen organizado. "Es algo que le puede pasar a todos los mexicanos que estén en el lugar equivocado, en el momento equivocado, o que vayan con las personas equivocadas. Incluso a los extranjeros".
"La Justicia de México no investiga, sino que produce culpables"
Así, niñas terminan en la prostitución forzada o jóvenes son entregados o asesinados como supuestos miembros de carteles enemigos. Así extorsionan también a familias supuestamente ricas.
"Estamos cayendo cada vez más en una anarquía de la criminalidad", advierte Reveles. Debido a que el índice de esclarecimiento de crímenes es del 3%, los delincuentes se sienten muy seguros. En este caso, habrían subestimado las complicaciones diplomáticas. Sin embargo, Reveles considera poco probable que se encuentren los autores intelectuales.
"La Justicia de México no investiga, sino que produce culpables", critica Reveles. Las organizaciones de Derechos Humanos y la ONU también se quejan de que las confesiones forzadas bajo tortura son comunes en los juicios. Según la nueva Ley Penal, en vigor desde 2016, los jueces ya no pueden aceptar estas como evidencia. Pero como no reciben otras evidencias, a menudo, los culpables son absueltos.
En México, han desaparecido en la última década 30.000 personas, el 11% de ellas eras ciudadanos extranjeros. Jalisco es el cuarto estado más afectado. Debido a que las autoridades no dan abasto, han surgido numerosos colectivos ciudadanos que investigan por su cuenta, con la ayuda de grupos de derechos humanos y universidades en todo México, creando bases de datos de ADN y buscando fosas comunes.
Sandra Weiss (jov/vt)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |