Israel, los asentamientos y la legalidad
8 de febrero de 2017Los colonos judíos construyeron 4.000 viviendas en terrenos privados de palestinos en Cisjordania. Hasta la fecha, los edificios estaban calificados como ilegales por la ley israelí, pero la mayoría de los parlamentarios de la Knesset pretende cambiar esto, aprobando una ley que legalizó la construcción de dichos asentamientos de forma retroactiva.
Esta ley tiene que pasar todavía por la autoridad judicial, y la mayoría de los abogados israelíes cree que el tribunal supremo rechazará la medida, explica a DW el abogado Yuval Shany, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Este cambio unilateral del título de propiedad podría implicar dificultades legales. "El fiscal general israelí ya mencionó que no cree que la ley se ajuste a derecho. En su opinión no respeta la legislación internacional y no la defenderá ante el tribunal”, continúa Shany.
"Uno de los gobiernos más derechistas de los últimos años"
Políticamente, la ley salió adelante debido a la constelación existente en el Knesset, dice Peter Lintl, politólogo y experto en Israel de la fundación Ciencia y Política (SWP): "El actual gobierno israelí es uno de los gobiernos más derechistas de los últimos 30 años. Parte de ellos consideran que Cisjordania siempre fue parte de Israel”.
En los dos últimos años este grupo ha salido especialmente reforzado. Pero según Lintl, hay otros factores. Las autoridades de Israel abandonaron el puesto de avanzada de Amona a principios de febrero y esto provocó una gran protesta entre los colonos. Con esta ley se quiso apaciguarlos. Y el gobierno tiene buenos motivos para hacerlo, porque mantiene una coalición con el partido nacionalista conservador Habajit haJehudi (Hogar Judío), cercano a los colonos.
Crítica exterior
Desde el exterior, las críticas a la controvertida ley no se hicieron esperar y el Ministerio de Exteriores alemán dijo que "este paso decepciona a mucha gente relacionada con Israel en Alemania”. Según un portavoz en Berlin, ha hecho temblar la confianza puesta en la solución de dos estados”. También Francia y Gran Bretaña se sumaron a las críticas de la nueva ley, así como las Naciones Unidas.
Sin embargo, estas opiniones parecen no importar a los defensores de la ley en la Knesset, más partidarios de apostar por el apoyo de la nueva administración estadounidense de Donald Trump, explica Peter Lintl. La confianza en Trump es tan grande, que ignoran las críticas que les llegan desde Europa. "Sobre todo, porque saben que de Europa no van a conseguir nada en pro de la política de asentamientos", explica Lintl.
Aun así, el curso de los acontecimientos es peligroso porque ni siquiera se conoce la posición de Estados Unidos al respecto. Trump es gran amigo de Israel y su idea de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén ilusionó a la derecha israelí. Sin embargo, el gobierno de EE.UU. dijo hace pocos días que la construcción de nuevas colonias no ayuda. Por eso la Knesset podría dirigirse hacia una colisión, puesto que la ley aprobada no es otra cosa que el fin de la solución de dos estados, explica Lintl: "Estos asentamientos ilegales que fueron legalizados estaban destinados a impedir esa solución. La idea del movimiento de los colonos era impedir la retirada de Israel”, explica el experto.
La ley también fue objeto de controversia en la sociedad israelí. Según el Think Tank "The Israel Democracy Institute”, el 50% de la población considera que la ampliación de los asentamientos no fue una medida inteligente. Y un 53% cree que una anexión sería problemática. Desde los medios, el diario de liberal Haaretz apuntó a que Netanyahú ni siquiera estaría convencido de la ley por los peligros que conlleva. También se refirió a que Israel se ve cada vez más aislado internacionalmente debido a los asentamientos. Según el periódico no fue una estrategia astuta, sino un síntoma de falta de liderazgo: "¿Qué líder político actuaría en contra de los intereses de su país porque teme por su supervivencia política?".