Irlanda al borde del colapso político
24 de noviembre de 2010La idea de Brian Cowen, el primer ministro irlandés, estuvo bien pensada: cuando el gobierno irlandés ofreció garantías al inicio de la crisis bancaria para todos los depósitos, pretendía proteger el dinero de sus ciudadanos. Pero ocurrió todo lo contrario: el Estado asumió casi la totalidad de las deudas bancarias en el presupuesto público, subestimando su dimensión. Ahora son los contribuyentes quienes pagan las consecuencias y no sólo en Irlanda, sino en toda Europa.
Y precisamente ese error estratégico en su proceder con la crisis financiera está pasando ahora factura al gobierno de Cowen. El "Taoisech", como se conoce al jefe de gobierno en gaélico, no sólo tendrá que aceptar dinero del fondo de rescate europeo, sino que posiblemente le costará el puesto, pues la presión es cada vez mayor.
"Por el amor de Dios, ¡váyase ahora!", titula un diario sensacionalista. Y hoy un segundo diputado de su propio partido, el Fianna Fáil, que gobierna desde hace décadas, pidió la disolución del Parlamento.
Cowen, descendiente de una familia política, sigue ahora una táctica. Cuando en la noche del lunes apareció ante la opinión pública y habló de nuevas elecciones, sorteó conscientemente la cuestión del momento en que tendrán lugar.
Retrasar la muerte política
"En el año nuevo", se limitó a decir en un principio. Luego mencionó la posibilidad de celebrarlas en febrero. Según la Constitución debería convocar a las urnas a más tardar en primavera (boreal) de 2012. Sin embargo, casi nadie en la isla cree posible que el jefe de gobierno se siga llamando Cowen por mucho tiempo.
El primer ministro intenta hábilmente retrasar su muerte política y vinculó la posibilidad de celebrar pronto nuevas elecciones a la aprobación del presupuesto para 2011. Es una "cuestión de importancia nacional" que el gobierno quiere llevar hasta el fin, argumentó. Se espera que el presupuesto sea aprobado el 7 de diciembre, sin embargo recién en febrero podrían terminar de resolverse sus detalles. Cowen rechaza las exigencias de acelerar este proceso formal.
Al y fin y al cabo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no pagará ninguna ayuda a Irlanda si el país no está en situación de sacar adelante su presupuesto y demostrar que está dispuesta aaportar su granito de ayuda a la consolidación de las finanzas estatales.
El Comisario Monetario europeo, Olli Rehn, dio hoy la razón a Cowen. "Es mejor aprobar el presupuesto más pronto que tarde", dijo.
Traducido de la lengua diplomática, vendría a ser un mensaje apremiante a los irlandeses para que se mantengan unidos y actúen con rapidez.
Ministro alemán: "En juego está el destino del euro
El ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schäuble, sostuvo que en Irlanda está en juego el destino del euro. Sin embargo, también Alemania cayó en el centro de la crítica: la canciller Angela Merkel agudizó aún más la crisis en los mercados con su exigencia apresurada de participación de los inversores en las medidas de salvamento, comentaron los diarios "The Wall Street Journal" y "Financial Times".
La petición de un nuevo gobierno viene de una profunda insatisfacción de la población con sus representantes. "Muchos se sienten confundidos y traicionados", señaló el presidente de los Verdes, John Gormley. Cowen se negó durante mucho tiempo a admitir la dimensión total de la necesidad financiera y, cuando se decidió a aceptar ayuda, muchos en Irlanda se sintieron engañados y exigieron su salida del cargo.
Pero lo malo del grito del católico Sinn Fein, pidiendo su cabeza y apuntando una inminente moción de censura a Cowen, es que falta una alternativa. Unas elecciones inmediatas como exigen los partidos opositores Fine Gael y los laboristas serían una mera pérdida de tiempo y sólo supondrían una fase de paralización política.
En Dublín nadie debate sobre un modelo contrario al presupuesto elaborado por el ministro de Finanzas, Brian Lenihan, que prevé recortes por 6.000 millones de euros.
dpa
Editor: Pablo Kummetz