Irán condena a muerte a un multimillonario por corrupción
6 de marzo de 2016Babak Zanjaní, uno de los hombres más ricos del país, fue condenado a muerte por la Justicia iraní, acusado de varios cargos de corrupción, lavado de dinero y fraude. Así lo anunciaron este domingo (06.03.2016) las autoridades judiciales. El portavoz del Poder Judicial, Gholam-Huseín Mohseni-Ejei, fue el encargado de hacer pública la sentencia contra el empresario, a quien se encontró culpable del delito de "corruptor de la tierra", un cargo que la jurisprudencia islámica pena con la muerte y que se aplica a "los que contribuyen a expandir la corrupción en el mundo y a desviar a la sociedad de su naturaleza".
La condena pone fin a un juicio que despertó gran interés nacional y que tuvo una inusual cobertura mediática, si tenemos en cuenta el habitual hermetismo con el que suelen desarrollarse los procesos judiciales en Irán. Zanyaní era el líder de un imperio empresarial con sede en Dubái, que abarcaba sectores como la cosmética, los servicios financieros y bancarios, el turismo, las infraestructuras, los materiales de construcción, la tecnología de la información, supermercados, la extracción petrolífera e intereses inmobiliarios. Antes de la detenciónde Zanyaní, su empresa estaba valorada en unos 14.000 millones de dólares.
Además, el empresario poseía su propio banco, varias aerolíneas, un equipo de fútbol, el Rah Ahan, una estación de autobuses y una flota de taxis en Tayikistán, país en donde tenía gran parte de sus negocios. Zanyaní era una de los empresarios más próximos al Gobierno del expresidente Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), bajo cuyo mandato se encargó de gestionar varias operaciones de venta de petróleo iraní al exterior, sorteando las sanciones internacionales que pesaban contra Irán.
Estas acciones del empresario, por las que fue sancionado por la Unión Europea y el Departamento del Tesoro de EE.UU., que congeló sus cuentas en el exterior, le llevaron a jactarse públicamente de que, sin él, la República Islámica no hubiera podido vender ni un barril de petróleo en el exterior. Sin embargo, y de forma paralela a la caída en desgracia del presidente Ahmadineyad tras su enfrentamiento con el líder supremo Alí Jamenei, diversas autoridades y personalidades iraníes comenzaron a denunciar varios hechos de corrupción que afectaban al empresario.
Cabe la apelación
Su detención se produjo finalmente después de que una docena de diputados "principalistas", el grupo ultraconservador que defiende a rajatabla las posturas del líder supremo, pidiera su imputación por "corrupción sistemática". Según dicha acusación, el empresario se habría quedado parte del dinero derivado de la venta del petróleo iraní bajo las sanciones y habría querido lavar su rastro a través de sus empresas financieras.
Esta sentencia a muerte, que aún puede ser apelada, es la última de una serie de condenas emitidas por los tribunales iraníes contra empresarios, banqueros y políticos vinculados a Ahmadineyad por casos de corrupción que se han ido produciendo desde que este dejó el poder. Entre otros, el ex vicepresidente de Irán Mohamad Reza Rahimí ya fue condenado por corrupción, acusado entre otras cosas de haber mantenido relaciones de negocios con Zanjaní.
MS (efe/dpa)