Alta tecnología de la naturaleza
29 de abril de 2011La veloz motricidad de una mosca para posar sus patas en un cristal y moverse verticalmente sobre su superficie es un fenómeno cotidiano que no causa asombro y pocas veces llama la atención. No así para Stanislav Gorb, uno de los contados científicos en el mundo que intenta descifrar el ingenioso sistema motriz de los insectos.
Su estudio está lleno de libros, cajas transparentes con insectos y esqueletos de pequeños animales, así como imágenes de tomas microscópicas. El zoólogo proveniente de Ucrania ha dedicado su trabajo académico al estudio de estructuras de plantas y animales para intentar imitarlas.
Su peculiar reino se encuentra en el noveno piso del Instituto de Zoología de la Universidad Christian Albrecht de Kiel. “Intentamos descifrar cómo es que algunos animales y plantas han desarrollado una función mecánica en la superficie de su cuerpo”, indica.
La salamanquesa
La impresionante adhesión que poseen los insectos en sus patas no es exclusivo del mundo de los artrópodos. Gorb también ha dedicado una especial atención a un animal que pertenece al género de los reptiles y que puebla la tierra desde hace más de 50 millones de años: la salamanquesa.
“De lejos se parece a una lagartija, pero a medida que se la contempla más detenidamente se percata uno de sus habilidades”, afirma Gorb. Sus patas son capaces de adherirse a las más variadas superficies, pero no cuentan con un pegamento sino con micro y nanoestructuras a través de las cuales pueden establecer contacto y adherirse.
Las patas de las salamanquesas están formadas por laminillas en las que se encuentran cabellos microscópicos que a su vez cuentan en la punta con numerosos cabellitos. Son miles de millones de cabellos pequeñísimos que conforman la estructura de la superficie. Entre más plana es una superficie se adhieren mejor, conformando la llamada “Fuerza Van der Waals”, una mezcla de biología y física que fascina al investigador.
Cinta adhesiva "high -tech"
“Esta área es llamada biología técnica, es decir, biónica, que es para mí el momento en el que una idea de la biología se transfiere a la técnica". En cooperación con investigadores de otros institutos y empresas que se ocupan del desarrollo de la nanotecnología Stanislav Gorb, desarrolló el prototipo de la cinta adhesiva que se pega y se despega sin dejar huella y es capaz de hacerlo innumerables veces. Es la imitación de las patas de la salamanquesa.
Aunque parece un folio de plástico, es flexible y se siente pegajoso, una imitación de los cabellitos del reptil. La cinta es capaz de mantener un martillo pegado en un cristal, y está siendo probada en pequeños robots que suben y bajan por superficies verticales lisas, que hace soñar con el día en que haya botas y guantes adheribles con los que se pueda subir y bajar por las paredes de los edificios. Algo que sigue siendo ciencia ficción.
Autora: Silke Wünsch/ Eva Usi
Editora: Emilia Rojas