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Intimando con el dragón

Eva Usi3 de diciembre de 2003

Controversia en Berlín y Bruselas levantaron las propuestas del canciller alemán Gerhard Schröder, de levantar el embargo de armas de la UE a China y vender un reactor nuclear a Pekín.

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Buen amigo del dragón chino.Imagen: AP

“El acercamiento al imperio del centro es importante si quiere uno estrechar las relaciones bilaterales y los lazos de amistad entre dos pueblos como el chino y el alemán”. Las palabras del canciller alemán, Gerhard Schröder, fueron como miel en los oídos de la cúpula china, que respondió agradecida. “Pese a que Schröder siempre viene en invierno, sus visitas están llenas de sol”, dijo el nuevo Primer Ministro chino, Wen Jiabao.

“También las empresas alemanas se benefician de la ‘extraordinaria relación’ entre Berlín y Pekín”, dijo Schröder. El volumen comercial y de inversiones crece. Según información de la cancillería alemana, las inversiones alemanas en China tienen el potencial para alcanzar un valor de 14.000 millones de euros en un lapso de tres años.

Desde hace tiempo que las grandes multinacionales –no sólo alemanas- tienen puestos los ojos en el mercado chino. Con 1.300 millones de habitantes, China se perfila como una de las grandes potencias políticas y económicas del siglo XXI y quien no esté presente en dicho mercado habrá perdido en la pugna global. Un hecho que ni europeos ni estadounidenses pueden darse el lujo de ignorar.

¿Acercamiento a qué precio?

Gerhard Schröder in China
Imagen: AP

Pero una cosa es acercamiento y otra, es intimidar con un régimen que sigue cometiendo violaciones a los derechos humanos. Por cierto, que éstos apenas si fueron abordados por el canciller durante sus conversaciones con su homólogo chino. Se trata de la quinta visita del canciller socialdemócrata y lo que Schröder se ha permitido en esta ocasión, según críticos, va más allá de lo acostumbrado incluso entre países amigos. “Ha dejado su conciencia y sus convicciones colgados en el guardaropa”, comentaba el semanario alemán ‘Der Spiegel’. Schröder prometió a su homólogo chino que promoverá en el seno de la Unión Europea el levantamiento al embargo de armas impuesto tras la matanza de Tiananmen. El 4 de julio de 1989, la cúpula de Pekín acalló sangrientamente las manifestaciones estudiantiles al sentirse amenazada en su monopolio del poder.

“La China de hoy y su liderazgo ya no son comparables con las condiciones existentes en el país en 1989”, señaló Schröder, y añadió que “Pekín tiene razón al sentirse discriminado por dicho boycot”. ¿Será? Por qué entonces continúan encarcelados quienes tomaron parte en las protestas hace 14 años? Todavía hoy en día quien se atreve a pedir su liberación se arriesga a correr la misma suerte y acabar tras las rejas. Incluso el líder comunista Zhao Ziyang, que abogaba entonces por un diálogo con los estudiantes en vez de hacer uso de la fuerza y por ello fue obligado a renunciar a todos sus cargos, sigue bajo arresto domiciliario en Pekín. Muchos habitantes de la capital evitan la plaza ‘de la paz celestial’, de la que no volvieron sus hijos hace años.

Última sanción vigente

Falun Gong Demonstration in Peking
Imagen: AP

El embargo de armas impuesto por la Unión Europea representa el repudio de la comunidad internacional a la reacción desmesurada de Pekín ante las protestas y es la última sanción vigente del conjunto de medidas adoptadas contra China que demuestra que el pasado no ha sido olvidado. Schröder quiere levantar ese embargo pues está consciente de que tarde o temprano será levantado. Entonces cualquier miembro de la UE podría adelantarse y las empresas de armamento alemanas quedarían en desventaja. Incluso si continúa vigente el embargo, el canciller está ganando puntos entre la clase política china. Desafortunadamente a costa del respeto a los derechos democráticos, viejos valores considerados una tradición en la socialdemocracia alemana.

“No ha llegado la hora de levantar el embargo y no entendemos cómo el canciller se ha pronunciado en ése sentido, declaró Winfried Nachtwei, experto en cuestiones de defensa de Los Verdes, partido en coalición en el gobierno. La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, también mostró sorpresa ante la iniciativa de Schröder. “El gobierno chino tendría que demostrar muy claramente que ha hecho progresos en materia de derechos humanos antes de que incluso se considere levantar el embargo”, dijo Emma Udwin, portavoz del Comisionado para asuntos del Exterior de la UE, Chris Patten.

Planta nuclear de Hanau

Siemens-Brennelemente-Fabrik in Hanau Atomkraft Atomenergie Kernwaffen Atomwaffen Atomausstieg
Imagen: AP

Durante las conversaciones con el mandatario germano, la cúpula de Pekín mostró interés en comprar el reactor nuclear de Hanau para el procesamiento de plutonio. La planta, la mayor de su tipo en Europa, fue concluida en 1991 por la multinacional Siemens, con un costo de 700 millones de euros. Nunca fue puesta en funcionamiento y fue abandonada en 1995 ante el creciente debate en Alemania sobre el futuro de la energía nuclear. Actualmente su valor estimado es de unos 50 millones de euros.

El partido de Los Verdes en coalición con socialdemócratas en el gobierno, presionó y logró que Alemania se comprometa a abandonar paulatinamente el uso de energía nuclear. Una previa propuesta de exportar la planta a Rusia fracasó por oposición del partido de tradición pacifista. “No es posible que por un lado Alemania abandone la energía nuclear, y por el otro exporte un reactor nuclear, que por cierto, todavía es capaz de producir plutonio con el que se pueden fabricar armas atómicas”, dijo Winfried Nachtwei.

Tiananmen Platz Jahrestag in Peking
Imagen: AP

Schröder concluye este miércoles su visita de tres días a China, que ha tenido por objetivo impulsar las relaciones económicas y bilaterales. Una nutrida delegación empresarial acompaña al canciller, entre ellos, el presidente de Siemens, Heinrich von Pierer. En Alemania, un portavoz de la multinacional dijo que se han iniciado conversaciones con una delegación china para la venta de la planta, que incluso ha inspeccionado las instalaciones en Hanau, en la parte occidental del país. La multinacional ha solicitado ya una licencia de exportación al gobierno germano.

En la ciudad de Cantón, capital de una de las provincias más dinámicas del país, al sur de China, Schröder se reunió con un grupo de empresarios chinos y alemanes ante quienes dijo no sólo entender la postura China frente a los intentos separatistas de Taiwán, sino compartir incluso el punto de vista de Pekín. “Creo que China es un país y así debe mantenerse”, dijo Schröder, enfatizando que la cordura política logrará impedir que Taiwan se separe. El respaldo de Schröder al principio de ‘una sola China’, según el cual la isla de Taiwan forma parte inalienable del gigante asiático, pese a que funcione con autonomía desde 1949, es lo que acabó sellando la entrañable amistad de Schröder con el dragón de Pekín.