“Internet está en una encrucijada”
12 de julio de 2013Deutsche Welle: Hay gran indignación en todo el mundo por las revelaciones de los programas de espionaje PRISM, también en Alemania. Algunos miembros de su partido provienen de la escena de los hackers y activistas de la red y conocen sus características desde hace más tiempo que muchos políticos establecidos. ¿Qué dicen los piratas sobre el debate por las revelaciones del informante Edward Snowden?
Katharina Nocun: El Partido Pirata, como movimiento internacional, surgió también porque vemos que la libertad y los derechos de los ciudadanos en Internet están en peligro. El espionaje en Internet no es un tema que surge ahora. En la comunidad de la red, el debate siempre ha tenido lugar. Lo que faltaba hasta ahora que alguien con informaciones desde adentro que se dirigiera a la opinión pública. El tema de la vigilancia en la red ahora tiene un rostro: el de Edward Snowden, y ha llegado a ocupar los titulares de los medios del mundo.
¿Por qué cree usted que este debate es tan importante?
Independientemente del espacio virtual, en lo que respecta al almacenamiento de datos, los derechos de los ciudadanos fueron objeto de limitaciones cada vez más frecuentes en los últimos años. Las atribuciones de los servicios secretos fueron ampliadas. Además, se crearon bancos de datos en conjunto con la Policía y los servicios de inteligencia. A partir del 11 de septiembre abandonamos nuestros derechos fundamentales en manos de aparato de vigilancia de dimensiones exageradas.
¿Es decir que las medidas antiterroristas tomadas luego del atentado a las Torres Gemelas marcan un punto de inflexión también para Internet?
Definitivamente. Hemos llegado a una encrucijada. La cuestión es si elegimos el camino de la vigilancia o si queremos luchar por más transparencia y co-decisión. El cambio fundamental de paradigma que se produjo en 2001 consistió en pasar de la investigación con un objetivo determinado a la vigilancia indiscriminada, en la que se dio por tierra con la presunción de inocencia. Cada medida, como la del almacenamiento de datos, que es muy amplio, afecta a toda la población y no solo comienza cuando surge una sospecha fundada, representa una venta a bajo precio del Estado de derecho. Entretanto, nos hemos acostumbrado a muchas cosas. Hasta el momento, no se retiró casi ninguna de las medidas antiterroristas. En la lucha contra el terrorismo estamos a punto de terminar con lo que, en verdad, queremos lograr: defender la libertad, los derechos civiles y el Estado de derecho.
¿Es Internet un enorme aparato de vigilancia?
La red ofrece dos posibilidades para una sociedad: puede ser un instrumento de control de movimientos sociales, o una herramienta de la sociedad civil para reformar la democracia y adaptarla para que tenga vigencia en el siglo XXI. Ambos caminos se excluyen. Por eso, los piratas decimos que deberíamos abandonar el camino de la vigilancia y volver al de la transparencia, la co-decisión y los derechos ciudadanos.
Su partido escribió una carta a la canciller Angela Merkel. ¿Cuáles son sus demandas?
En primer lugar, se deben poner todos los hechos sobre la mesa, es decir, necesitamos comisiones de investigación que actúen en ese sentido. Un Gobierno que dice que no sabía nada pierde credibilidad. En segundo lugar, necesitamos un debate sobre el programa PRISM, o sobre proyectos similares que se estén planeando en Europa y en Alemania. En tercer lugar, el Gobierno alemán también debería tomar posición defendiendo a los ciudadanos, por ejemplo, en el marco de las negociaciones sobre un tratado de comercio transatlántico con EE. UU.
¿Qué opina sobre la idea de un Internet europeo, independiente de EE. UU.?
Internet no funciona dentro de los límites de fronteras o continentes. Puede ser que un e-mail que mande a Berlín pase primero por Australia o EE. UU. porque la conexión en ese momento es más rápida por esa vía. Como Unión Europea, tenemos que lograr una mayor protección de datos. (…) En cuanto a la importancia de la red, la clase política tradicional no entiende que Internet se está metiendo en cada vez más áreas de nuestra vida. Si el Estado exige un acceso cada vez mayor a nuestros datos, el potencial de abuso es muy grande. Debemos definir claramente cuáles son los datos a los que el Estado puede tener acceso y cuáles no, y en qué condiciones.
Autor: Kay Alexander Scholz / Cristina Papaleo
Editor: Enrique López