Integración: un imperativo económico y ético
16 de octubre de 2007“Integración a través de la educación” es el título de un encuentro en el que Alemania vuelve a verse confrontada con uno de sus grandes desafíos pendientes. A sabiendas de que el país no saca buenas notas en esta asignatura, la jefa del gobierno germano, Angela Merkel, llamó a romper la dependencia entre la extracción social y las oportunidades de educación imperante en el país. Las cifras indican que urge tomar cartas en el asunto. De acuerdo con un análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos(OCDE), basado en los resultados del estudio PISA, entre los sistemas educacionales de los países industrializados, no hay otro que fracase en mayor medida que el alemán en cuanto a la promoción de los hijos de inmigrantes.
“Discriminación educacional”
Un ejemplo inquietante: los hijos de inmigrantes, nacidos en Alemania, muestran deficiencias educacionales mayores que las de niños que han inmigrado con sus padres y que alcanzaron a asistir unos años a la escuela en su país de origen.
Ciertamente, el dominio del idioma es clave para la integración y el acceso a las oportunidades que brinda el mundo laboral. Pero eso no explica por si sólo la gravedad de la situación. El sindicato Educación y Ciencia (GEW) habla de una “escandalosa discriminación en el sistema educacional”. Más aún: tampoco el contar con una buena formación garantiza igualdad de condiciones en Alemania. Según Daniel Dettling, autor del libro “La ventaja de la multiplicidad”, entre los académicos extranjeros, la tasa de desempleo es tres veces superior a la registrada entre los alemanes.
Ventaja estadounidense
El problema, sin embargo, no se presenta exclusivamente en Alemania, sino también en Europa en general. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, calificó de “alarmante” que Estados Unidos atraiga a cerca del 55% de los inmigrantes con buen nivel de formación, mientras Europa sólo se queda con el 5%. Para el jefe de la Comisión de Bruselas, la integración de los inmigrantes no es pues un lujo, sino un imperativo económico, social y ético. Y, por si quedara alguna duda acerca de las ventajas que reportan los extranjeros, el propio Bill Gates se encargó de subrayar, a través de un mensaje en vivo desde Estados Unidos, lo significativa que ha sido la inmigración en el logro de éxitos económicos y científicos en su país.
También la canciller Merkel destacó en el simposio la importancia de los inmigrantes en la vida social y económica de Alemania, donde hoy en día casi una quinta parte de la población es de origen extranjero (aproximadamente 15 millones de personas, de las cuales la mitad ha adquirido entretanto la nacionalidad alemana). El aspecto positivo de la integración también queda a la vista a través de cifras como las que citó Merkel, aludiendo por ejemplo a la comunidad turca: unas 66.000 personas de ese origen trabajan en forma independiente y generan unos 300.000 puestos de trabajo.