Inmigración como motor económico de Alemania
8 de enero de 2014El año 2013 terminó con buenas expectativas para el mercado de trabajo en Alemania. La cifra de desempleo creció menos de lo acostumbrado a niveles estacionales. Hubo 67.000 personas desempleadas más, con un total de2.873.000, con lo cual la tasa de desempleo aumentó 0,2 puntos hasta alcanzar un 6,7 por ciento.
La buena coyuntura en el mercado laboral refleja la alta capacidad de innovación de la economía alemana, explica el experto Gerhard Bosch, de la Universidad de Duisburg-Essen en conversación con Deutsche Welle. Además del auge de la exportación, también se incrementó el consumo interno debido a los fuertes aumentos salariales.
“Sin embargo, el problema es que en 2013 no se invirtió mucho porque las empresas no sabían cómo sería el panorama a largo plazo”, dijo Bosch. A través de resoluciones del nuevo Gobierno alemán de coalición, señaló, se espera que haya más dinero a disposición para invertir en infraestructura y educación, y también el consumo se verá fortalecido por un aumento en las jubilaciones y la creación de un salario mínimo.
¿Vuelve a disminuir la tasa de desocupación?
Para 2014, los expertos de la Agencia Federal de Trabajo esperan que la tasa de desempleo vuelva a disminuir. Por el otro lado, hay visiones más escépticas, como, por ejemplo, las del Instituto de Economía Alemana (IDW), cercano a las empresas. De una encuesta actual entre las grandes asociaciones económicas realizada a fines de diciembre de 2013 se desprende que hay una predisposición positiva, dijo el director del instituto, Mihael Hüther, pero que, a pesar de eso, no se crean nuevo empleos: “No es mucho lo que surge. Tenemos una situación de empleo históricamente alta, con 42 millones de empleados, pero esa dinámica está llegando a su fin”.
Debate sobre inmigración
La Oficina Federal de Empleo no considera preocupante el debate acerca de un posible aumento de la inmigración de personas de países pobres de la UE en busca de trabajo, como, por ejemplo, de Bulgaria o Rumania. También en los últimos años llegaron personas de esos países a Alemania, ya sea como trabajadores temporarios en la agricultura o en áreas que necesitan urgentemente personal, como las de salud, atención de personas y la gastronomía. “La mayoría de los búlgaros y rumanos que viven en Alemania inmigraron en busca de empleo, y no sólo debido a la pobreza”, dijo Herbert Brücker, del Instituto de Investigación del Mercado Laboral y Profesional a DW.
Martin Wansleben, el director general de la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK) advierte sobre los daños que puede sufrir la economía debido al actual debate sobre inmigración. En una entrevista, dijo que “el agitado debate político no debe hacer que la opinión pública vea a la inmigración como algo negativo”.
Según Wansleben, Alemania necesita cerca de 1,5 millones de trabajadores extranjeros especializados en los próximos años. Éstos ayudarían a “garantizar el crecimiento y a estabilizar los sistemas sociales”. La discusión actual demuestra, sin embargo, que aún hay mucho que hacer al respecto en la sociedad alemana: “Tenemos que seguir trabajando para establecer una cultura que reciba con los brazos abiertos a los inmigrantes. Esa es una tarea de toda la sociedad. Tanto la clase política, la iglesia, los sindicatos como el sector económico tienen que hacer su aporte”.
Se necesita una mayor integración
Aproximadamente unos 155.000 rumanos y búlgaros trabajan actualmente en Alemania, y la tasa de desempleo entre ellos está por debajo de la todos los trabajadores extranjeros. Ahora, los rumanos y búlgaros pueden desempeñarse en todos los sectores. “Por eso también tenemos mejores oportunidades de integración para personas de esos dos países, para los cuales, a partir del 1º de enero, rige la libre circulación dentro de la Unión Europea”, señaló, por su parte, Heinrich Alt, de la Oficina Federal de Trabajo. Alt se encarga del Centro de Empleos (Jobcenter) y del área de ayuda social (Hartz IV), y no quiere negar “que en este momento la inmigración de ambos países se concentra en determinadas regiones, y por eso surgen problemas que ciudades como Duisburg, Dortmund, Berlín, Mannheim y Offenbach no pueden resolver solas”.
Problemas y soluciones
En las ciudades donde se plantea ese problema trabajan, según datos de expertos, sólo de un 10 a un 20 por ciento de inmigrantes. Además, sólo muy pocos reciben ayuda social. Pero las personas que no perciben ayuda social ni están obligadas a pagar un seguro social “representan, por supuesto, un gran problema”, dice Herbert Brücker, del Instituto de Investigación del Mercado Laboral y Profesional. Con respecto a los búlgaros y rumanos en Alemania, por lo general “contribuyen con el sistema jubilatorio y con el de seguros, de modo que el que sale ganando es el Estado social alemán”, asegura Brücker.
La Oficina Federal de Empleo, con sede en Núremberg, ya empezó con la fase de adquisición de empleados. Faltan especialistas en Administración y en Pedagogía Social con buenos conocimientos de rumano y búlgaro para asesorar a postulantes de esos dos países en busca de trabajo.