Informe 2007: el problema de las drogas no crece, ni decrece
5 de marzo de 2008De la maceta en el balcón de casa al invernadero clandestino: el cultivo de cannabis en Alemania se profesionaliza. Desde 2004, la policía germana viene constatando un aumento progresivo de las plantaciones “a gran escala” de esta droga en el país, además de en Holanda y en Bélgica.
El número de matas de cannabis que, siguiendo procedimientos industriales, echa raíces en suelo alemán crece de forma “dramática”, y eso según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) ya desde 2002, advirtió Carola Lander en Berlín, una de las ciudades elegidas por el organismo para presentar su informe de 2007.
Aparte de esta cuestión, los datos de la JIFE vuelven a llamar la atención sobre el desmedido consumo de cocaína y anfetaminas en Europa, sobre las variaciones en las rutas de transporte de la mercancía y sobre la violencia y la inseguridad en que los carteles sumen a algunas regiones del mundo, para que las drogas puedan llegar a otras.
Un cannabis más agresivo
Hace sólo unos días, la policía alemana confiscó en los Estados de Renania del Norte Westfalia y Renania Palatinado 5.500 plantas de cannabis y un total de 235 viviendas y locales comerciales fueron registrados. La acción policial procedía contra un estupefaciente que, según Ronald Wolf, jefe del operativo, ya no puede ser calificado de “droga débil”.
España e Italia son en Europa los dos países en los que más cannabis se consume. En Alemania es la droga con más adeptos. Y pese a que en general el número de adictos a las verdes hojas baja en el Viejo Continente, la concentración de THC en las mismas aumenta. La droga se ha vuelto más eficaz, y Europa necesita más medios para combatir sus consecuencias, opina la JIFE.
Heroína, cocaína y las vías del consumo
Si cada vez circula menos cannabis de país a país y recibiendo preferencia el “producto nacional”, la cocaína y la heroína se siguen importándose desde fuera de Europa. Lo que varían son las rutas. La vía Caribe-Europa ha sido sustituida por la que hace una escala en África occidental. La heroína llega principalmente de Afganistán, a través de Turquía, la Federación Rusa o cargada en aviones y barcos desde Paquistán.
“Hay que hacer más en Afganistán para acabar con la escalada del problema de las drogas”, dijo Lander. La JIFE no observó en 2007 un crecimiento mundial del tráfico de estupefacientes, pero detecta fallas en la detección, el desmantelamiento y el castigo de las mafias. “En muchos países se sigue encarcelando a los pequeños, mientras que los grandes permanecen libres”. Alemania y Europa no deben ejercer aquí una política meramente contemplativa.
Además, la JIFE llama la atención a los germanos por las “habitaciones para el consumo de drogas”. Unos lugares, 24 en toda Alemania, habilitados para la toma de estupefacientes como la heroína. “En estas habitaciones no sólo se consume droga”, se defendía Sabine Bätzing, comisaria del Gobierno alemán para temas de drogas. En estos centros se informa y cuida la higiene, además de llevar a cabo exámenes médicos para detectar enfermedades como el SIDA. Los 11 centros de este tipo existentes en Renania del Norte Westfalia han evitado, sólo en este Estado, 330 muertes relacionadas con el consumo de estupefacientes.