India, la tercera economía asiática, tras China y Japón, se enfrenta a su peor situación económica en dos décadas. La rupia se desplomó a un mínimo histórico en agosto, lo que encareció las importaciones e impulsó la inflación. Según el Fondo Monetario Internacional, el país crecerá algo menos de un cuatro por ciento. Pero el Gobierno es mucho más optimista.