Impulso a la carrera armamentista
13 de junio de 2002Terminó de golpe la era de recortes al gasto armamentista. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz asegura en su reporte del 2001, que aumentaron considerablemente los gastos de defensa. El año pasado se destinaron mundialmente un total de 839.000 millones de dólares en la compra de armamento.
A la cabeza se encuentra Estados Unidos. Tras los atentados del 11 de septiembre, se espera que Washington siga aumentando el monto destinado al rubro de defensa durante los próximos años. Sin embargo los investigadores advierten que en el Medio Oriente se registran los gastos de defensa más altos del mundo, en la ecuación de gastos por habitante.
En Europa occidental el monto destinado a este rubro subió ligeramente, sin embargo la tendencia es creciente. La causa se encuentra en las misiones militares en las que participan los europeos. Ante los nuevos desafíos hay que equipar adecuadamente a los soldados.
La producción de armas, un lucrativo negocio
Rusia se ha convertido en una importante nación exportadora de armas, con un aumento del 24 por ciento. Pero la campeona en la venta de armamento el año pasado fue China. Las exportaciones del gigante asiático registraron un 40 por ciento de aumento respecto al año anterior, según el informe. También la India obtuvo una buena entrada de divisas por venta de armas. El subcontinente ocupa el tercer puesto en el ranking mundial.
El análisis sostiene que en la industria armamentista se registra un proceso de concentración, en el que un puñado de multinacionales dominan prácticamente el mercado. Ya que los sistemas de defensa son caros y complejos, no pueden ser producidos por un sólo país. Por consiguiente los proyectos multinacionales tienen cada vez mayor peso. Esto se ve sobre todo en Europa, donde sólo uniendo fuerzas se está en condiciones de competir con Estados Unidos.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre fueron el detonador del cambio en la política de seguridad internacional. Los investigadores de Estocolmo advierten que la Administración Bush se muestra cada vez más escéptica ante los acuerdos de control de armamento.
Arsenales nucleares, arma de dos filos
Washington abandonó el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM), de 1972, que ha sido hasta ahora la piedra angular del equilibrio militar en el mundo. Sin embargo meritorio es que tanto Estados Unidos como Rusia continúen las negociaciones para la reducción de armamento nuclear. Vladimir Putin y George Bush firmaron un acuerdo en mayo pasado en el Kremlin, que compromete a ambas potencias a reducir sus arsenales nucleares a un abanico de 1.700 a 2.200 cabezas atómicas, en un plazo de diez años.
Se estima que en todo el mundo existen unas 36.000 cabezas nucleares. Miles de ellas siguen almacenadas y no aparecen en las estadísticas oficiales. Sobre todo el armamento nuclear estratégico no figura en los tratados de desarme. Existe el peligro potencial de que los depósitos de armamento nuclear se conviertan en blanco de atentados.
Preocupación despierta también la militarización del espacio. El escudo de misiles que la Administración Bush quiere poner en marcha en el año 2004, muestra la determinación de Washington en continuar con esta tendencia. Estados Unidos cuenta con 110 satélites que son usados con fines militares. Rusia posee 40 y el resto del mundo 20.