Impuestos: el fin del paraíso
4 de marzo de 2008Steinbrück exigió hoy (04.03.08) en Bruselas la aplicación de reglas más duras dentro de la propia Europa, donde un par de países hacen añicos los esfuerzos del resto por contener la evasión impositiva a lo grande. Sin pelos en la lengua, Steinbrück mencionó concretamente a Luxemburgo y Bélgica, que “no se muestran muy dispuestos a cooperar”.
También Liechtenstein, Mónaco, Suiza y Austria están en la mira de las autoridades fiscales alemanas, que ven cómo año tras año pierden miles de millones de euros de ingresos por evasión impositiva. En caso de que la disposición a la cooperación no mejore, Steinbrück no descartó tomar medidas exclusivamente nacionales.
Pero la intención de Steinbrück es primero hacer más severa la directiva fiscal de la UE de 2005, en la que actualmente se prevén numerosas excepciones para la protección del secreto bancario.
El comisario de Fiscalidad de la UE, Laszlo Kovacs, se manifestó abierto a la propuesta alemana. Kovacs planeaba originalmente revisar la directiva fiscal a fines de año. Ahora está dispuesto a ampliar la obligación de informar acerca de los ingresos por intereses de alemanes en el extranjero y de otros productos financieros. Además, la Comisión tiene la intención de incluir en los planes a otros paraísos fiscales, como Singapur, Hong Kong y Macao.
Socavando esfuerzos para impedir la evasión
Un problema mayor para Steinbrück son los acuerdos bilaterales para evitar la doble imposición de países como Luxemburgo y Bélgica con esos paraísos fiscales asiáticos. El ministro, en medio de su ofensiva, los calificó de “socavamiento” de los esfuerzos de la UE para evitar la evasión impositiva.
Que las medidas que exige Alemania se lleguen a aprobar es incierto, porque en cuestiones fiscales se necesita el consentimiento de todos los 27 Estados miembros de la UE. No obstante, el presidente del Consejo de la UE, el eslovaco Andrei Bajuk, dijo ser optimista y que creía posible alcanzar “claros progresos”.
Más reservado se manifestó Jean-Claude Juncker, jefe de gobierno y ministro de Hacienda de Luxemburgo. La UE debe analizar primero si la directiva fiscal de la UE funciona o no correctamente. Una cuestión más bien retórica luego de que en Alemania se descubrieran recientemente casos de millonarias evasiones impositivas a través de Liechtenstein.
Pero curándose en salud, Juncker admitió, sin embargo, que “no puede ser que plazas financieras europeas se enriquezcan a costas de sus países vecinos”, en realidad algo obvio.
En vista de que las papas queman, también el ministro de Hacienda de Bélgica, otro país señalado como paraíso fiscal, insinuó tener disposición a cooperar. Con vistas a la algo permeable directiva fiscal actual de la UE agregó que “deben incluirse todos los productos financieros”.
La directiva fiscal de la UE: un queso suizo
Con la directiva vigente desde 2005 se trató de impedir que ciudadanos de la UE inviertan dinero en un país europeo sin pagar impuestos. Por ejemplo Luxemburgo o las islas Jersey en el Canal de la Mancha deben notificar a Alemania los nombres e ingresos por concepto de intereses de ciudadanos alemanes en bancos de esos países.
También paraísos fiscales como Liechtenstein, Suiza, Mónaco y Andorra, que no pertenecen a la UE, se han obligado a tomar medidas similares. Pero para proteger el secreto bancario existen numerosas excepciones. “La directiva es como un queso suizo, lleno de agujeros”, dicen expertos fiscales.
Las reglas rigen por ejemplo para intereses, pero no para dividendos. Además se aplican a personas físicas, pero no a fundaciones, a una de las cuales recurrió por ejemplo Klaus Zumwinkel, presidente del directorio del grupo Deutsche Post en su recientemente descubierto fraude fiscal a gran escala.
Pero Steinbrück no sólo quiere terminar con esas posibilidades de evasión, sino incluir en los esfuerzos también a paraísos fiscales en Asia, tales como Singapur y Hong Kong. Una tarea ímproba, ya que muchos de ellos viven justamente de las inversiones de extranjeros. Sería como serruchar la rama del árbol donde se está sentado: algo que a nadie le da mucha gracia.