Impuesto contra la pobreza: “una pequeña y dulce idea”
29 de noviembre de 2010La actividad especulativa mundial ha contribuido a causar, en las últimas décadas, más de una crisis económica y financiera, de alimentos y materias primas. “Hagámos de la crisis de los bancos una oportunidad para el mundo”, piden los organizadores de la campaña “Impuesto contra la pobreza”.
15 personalidades y 66 organizaciones religiosas, políticas y no gubernamentales alemanas, europeas e internacionales firman la carta abierta que pide al Gobierno alemán, desde octubre de 2009, la introducción del impuesto a las transacciones financieras en el país y el impulso a su introducción en el resto de Europa y el mundo.
El impuesto encarecería la especulación y aportaría a la estabilidad de los mercados financieros, a la vez que generaría recursos para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas y frenar el cambio climático. La iniciativa recuerda que los países desarrollados no han cumplido su promesa de hace 40 años de dedicar el 0,7 de su producto interno bruto anual a combatir la pobreza en el mundo.
Crisis como oportunidad
La tensa situación presupuestaria creada por la crisis financiera internacional y la crisis del euro sería así una oportunidad, no una amenaza – asegura Irene Knoke, del firmante instituto Südwind de economía y ecumenismo.
Además de obras benéficas como la Jesuitenmission, Miseoror, Adveniat y Brot für die Welt, a la iniciativa se han sumado los partidos de oposición alemanes, Los Verdes, La Izquierda, los socialdemócratas del SPD y unos 5.000 ciudadanos (a través de la red social Facebook).
Re-distribuir costos, a lo Robin Hood
“En Alemania lo tenemos claro y no es negociable: queremos el dinero de los bancos para dárselo a los pobres”, dice el representante de la Misión Jesuita de Núremberg y coordinador de esta campaña, Jörg Alt, mientras recuerda con un guiño a Robin Hood.
“Sólo podemos lograrlo si los ciudadanos y la sociedad civil nos apoyan”, agrega Alt. Este domingo, en Bonn, el Cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, presidente de Caritas Internationalis, entregó a Alt su firma para un nuevo llamamiento al Gobierno alemán.
Las consecuencias de las crisis no son iguales para todos. Mientras los países industrializados pueden invertir miles de millones de dólares para contrarrestarlas, la mayoría de los países en vías de desarrollo sufren la reducción de las inversiones directas, las exportaciones de materias primas, el turismo, las remesas familiares de sus migrantes y la cooperación para el desarrollo. ¿Por qué no crear un mecanismo que equilibre la situación?
¿Sólo a bancos y gerentes?
También dos de los partidos gobernantes en Alemania, los conservadores CDU y CSU apoyan la introducción del impuesto a las transacciones financieras. Los liberales del FDP – tercer socio de la coalición – se oponen.
Tal impuesto afectaría “al común de los ciudadanos que ahorran”, declaró la jefa de la fracción parlamentaria liberal, Birgit Homburger, al diario Berliner Zeitung. Su partido aboga por el “impuesto a la actividad financiera”, que grava los ingresos de bancos y gerentes, pero no las transacciones. “Esta puede ser una solución nacional, mientras no se logre un acuerdo europeo y global”, afirma el diputado europeo del CDU, Elmar Brok.
Que no pague "Juan Pérez"
Dos reconocidos actores alemanes, Heike Makatsch (Love Actually, 2003) y Jan Josef Liefers (El complejo Baader-Meinhof, 2008) protagonizan el anuncio central de la campaña. Se trata de entre el 0,01 y el 0,05 por ciento de cada transacción especulativa con acciones, derivados y divisas: un impuesto mínimo a “negocios que nada tienen que ver con Juan Pérez y su cuenta de ahorro”.
Esta “pequeña y dulce idea” se revertiría en más de 100.000 millones de euros anuales, y hasta el doble o triple, para invertir tanto en avances de la justicia social en la propia Alemania, como contra la pobreza y el cambio climático en el mundo.
¿Europa como vanguardia?
Pese a la oposición de sus socios del FDP, Angela Merkel, abogó por el impuesto financiero global en las últimas cumbres del G-20 de Pittsburgh (2009) y Toronto (2010). Pero no halló consenso. El ejecutivo alemán se ha comprometido a apoyar la propuesta a escala europea, mientras no se halle un consenso internacional.
También Francia, Austria y España han apostado por ella en diversos foros europeos e internacionales. Pero otros socios comuntarios, como los escandinavos, advierten que la imposición, si es sólo europea, alejará la actividad económica a otras regiones.
La campaña “Impuesto contra la pobreza” exige a Alemania y la UE dar el ejemplo. Mientras más se acorte el alcance regional del impuesto, mas productos finacieros quedan fuera de regulación y un impuesto nacional sólo afectaría la competitividad del país que lo introduzca, insiste el parlamentario europeo, Elmar Brok. En su página web, la iniciativa recuerda que “tampoco para la prohibición de las minas antipersonales o para el Protocolo de Kioto se esperó que todos los Estados estuviesen de acuerdo, sino que Europa dio un ejemplo que luego otros siguieron”.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editor: Enrique López Magallón