Red social peligrosa
1 de marzo de 2010“Interrelacionando y comercializando datos privados se puede ganar mucho dinero. Los gigantes del ramo como Facebook, Apple, Google o Microsoft pueden crear en la red perfiles completos de las personas, pues saben lo que nos interesa, lo que compramos, a dónde viajamos y con quién mantenemos amistades”, advierte la ministra alemana de Protección al Consumidor, Ilse Aigner, con motivo de la feria de computación CeBIT.
A través de los datos recogidos por esas compañías, ciertos usuarios se vuelven especialmente interesantes para las empresas y otros corren el riesgo de ser incluidos en “listas negras” o de no encontrar trabajo, afirma la ministra alemana en una entrevista concedida al diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Datos privados a disposición de todo el mundo
Al respecto, la revista especializada Computer Bild publica un estudio en el que califica diversas redes sociales de acuerdo a la facilidad de acceder a los datos de otras personas. De seis redes sociales analizadas, Myspace y Facebook obtuvieron los dos últimos lugares y la calificación deficiente. Muchos de los datos son públicos y accesibles a los buscadores. Es más, en el caso de Facebook el individuo tiene que ceder todos los derechos sobre los contenidos y en ambos portales el usuario recibe propaganda específicamente dirigida a sus necesidades. Esto prueba que sus datos han sido analizados por terceros.
Sin embargo, a juzgar por la creciente popularidad de estas redes, sobre todo de Facebook, la posible mala utilización de sus datos privados parece no preocupar demasiado a los usuarios. Según una encuesta publicada por United Internet –la empresa matriz de web.de y de gmx-, el 88 por ciento de sus encuestados conoce por lo menos una de las redes (76 por ciento era el año anterior); el 93 por ciento de los usuarios entre los 20 y los 24 años y 87 por ciento de los usarios menores de 20 años las utilizan. Y en los recientes terremotos de Chile y Haití, Facebook y Twitter han cosechado laureles: a través de ellos, los usuarios han podido localizar a sus familiares.
Suicidarse en internet
Con todo, el peligro de la malversación de los datos es real, tanto como lo es la pérdida de su esfera privada. Por eso, paara los usuarios que se hayan hastiado de tanta transparencia, la página “Web 2.0 Suicide Machine” ofrece un programa para suicidarse en la red, es decir, para borrar de Facebook, Myspace, Twitter y LinkedIn todos los datos personales.
“Mate a su alterego virtual, deshágase de sus falsos amigos virtuales. Esta máquina puede borrarlo de todos los perfiles que existan sobre usted en la red social”, reza la página en donde se afirma: “los falsos amigos roban su energía”.
Curiosamente, la página ha sido bloqueada, pues “contraviene las reglas de la red social”, explicaba Facebook a comienzos del año 2010. A otro servicio para matar al alterego virtual (Seppukoo, el nombre de la muerte ritual de samurai japonés) también le ha puesto piedras en el camino la cada vez más poderosa empresa estadounidense. Ésta acaba de ganar en Estados Unidos la patente de las alarmas acerca de las actividades en los perfiles de usuarios amigos.
Como fuere, dado lo peligroso de que el individuo se vuelve tan transparente, el ministro alemán de Interiores, Thomas De Maiziere, propone que las empresas pongan a disposición del usuario, anualmente, los datos que hayan recogido acerca de su esfera privada. “Hasta el momento, al ciudadano le es muy difícil saber cuánta y qué información tiene quién acerca de su persona”, afirma por su parte la ministra Aigner.
El Gran Hermano
Y no es que la titular alemana de Protección al Consumidor sea ajena o contraria a la innovación: su especialización en electromecánica le abre las puertas del mundo de la informática. Por eso mismo, al enfrentarse a inventos como programas para reconocimiento de rostros en la telefonía celular, el escalofrío hace presa de ella. En opinión de Aigner, ni George Orwell con su Gran Hermano omnipresente hubiese podido soñar con el poder que van logrando los gigantes de la información en la red social, a la cual muchas puertas invitan a entrar, pero, por lo menos hasta ahora, ni la del sucidio virtual permite salir.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Pablo Kummetz