Imán para el Viejo Continente
12 de marzo de 2004Las viejas culturas de América Latina han ejercido tradicionalmente una gran atracción sobre los viajeros europeos. Sus enigmas y secretos fueron un imán para el Viejo Continente, como lo demuestran las observaciones de científicos desde los tiempos de Alexander von Humboldt. El Perú representa uno de esos valores latinoamericanos que puja por atraer el turismo europeo, particularmente el alemán, uno de los pueblos más viajeros del mundo.
El presidente peruano Alejandro Toledo ha incluido el turismo en su agenda política como estrategia para generar divisas y promover el desarrollo sobre todo de las comunidades indígenas. El país recibió el año pasado unos 900.000 turistas que dejaron alrededor de 900 millones de dólares. El objetivo es duplicar esta cifra de aquí al año 2006. Una meta que se ve favorecida por la debilidad del dólar frente al turismo europeo.
Cinco circuitos turísticos
La Primera Dama peruana, Eliane Karp de Toledo, inauguró la Bolsa Internacional de Turismo, que muestra, en unos 150.000 metros cuadrados, las últimas novedades en materia turística y en la que participan 180 países. El país invitado presentó una réplica de ‘El Señor de Sipán’, cuyas piezas originales de bronce, oro y plata, fueron restauradas por especialistas alemanes y se encuentran actualmente en Perú. En entrevista con DW-WORLD, la Señora Karp de Toledo, de origen belga, enumeró en perfecto español los cinco ejes turísticos que quiere impulsar personalmente durante la gestión de su marido.
“Lo que se conoce mundialmente es el Cusco con su Machu Picchu, sin embargo tenemos otras maravillas similares que queremos que conozca el mundo. Tenemos el Machu Picchu número dos, que no está muy lejos del conocido, que es de acceso para los aventureros y está en el mismo Cusco, aunque para llegar a él son necesarios varios días a pie. Tenemos el circuito nor-oriente de la costa norte que parte del Museo de Sipán y entra hasta los Andes en la localidad de Cajamarca y sigue en la Amazonia donde hay culturas como la Kuélap, que son poco conocidas y cuentan con piezas de gran valor ”, dijo.
El camino Inca
El gobierno peruano se empeña en mejorar carreteras y construir hostales turísticos para mejorar en general la oferta turística y que los viajeros no se queden en el sur del Perú. Uno de los superlativos entre los nuevos circuitos lo constituye el camino Inca, en idioma Quechua, Chapac Ñan. Es un camino que tiene una longitud de más de 5 mil kilómetros. Fue trazado por los Incas durante sus sucesivos Reinos y unía todo lo era el Imperio incaico cuando éste se extendía desde Chile hasta Colombia y Argentina, incluyendo todo lo que es Perú, Ecuador y Bolivia actualmente.
“Todos estos países estaban unidos en un solo espacio administrativo y político y eran gobernados desde el Cusco y a partir de ahí se extienden los cuatro caminos, como los llamamos nosotros, las cuatro regiones del Imperio incaico que actualmente engloban una enorme cantidad de espacios arqueológicos, gente, idiomas y es un proyecto entre los seis países”, afirma. Cada país se encargará de restaurar las ruinas arqueológicas en su territorio involucrando a la población aledaña. Los otros dos circuitos son el de Caral en Lima y Chavín en Ancash.
Ayuda extranjera
La Primera Dama, además, quiere ganar el apoyo de países como Alemania para que apadrine uno de los circuitos, proporcionando recursos para preservar los tesoros arqueológicos que se encuentren en la zona. Es un proyecto en el que ya participa la iniciativa privada en España, pero también puede ser de Estado a Estado. “En general nos gusta que los países apadrinen un circuito en particular, que se encarguen de los trabajos y lo identifiquen como suyo. Todos los días aparecen cosas nuevas. Acabamos de descubrir la semana pasada una cantidad enorme de momias en excelente estado que estaban durmiendo cerca de Lima. Eso es constante, por eso necesitamos padrinos”, dice.
Otro frente es la recuperación de piezas en manos de museos y coleccionistas extranjeros. En este esfuerzo se enmarcan los intentos por recuperar más de mil piezas de cerámica, restos óseos y arquitectónicos descubiertos en Machu Piccu entre 1914 y 1916, que tiene en su poder la Universidad de Yale desde que el explorador Hiram Bingham obtuviera un permiso provisional para sacar las piezas del país y restaurarlas en dicha universidad.