"Huellas del poder": 30 años retratando a Angela Merkel
12 de noviembre de 2021Cuando Angela Merkel posó por primera vez ante la cámara de Herlinde Koelbl, tenía 37 años. Daba la impresión de ser accesible y nada complicada. "En nuestra primera sesión fotográfica, en 1991, todavía era un poco tímida, miraba desde abajo a la cámara. No sabía muy bien qué hacer con sus manos o sus brazos”, cuenta la fotógrafa.
Las "huellas del poder"
Herlinde Koelbl inició su serie de retratos de Angela Merkel con el proyecto "Huellas del poder". Entre 1991 y 1998, se reunió anualmente con 15 personas que tenían cargos influyentes. Hizo retratos y entrevistas.
Entre ellos se contaban también el antecesor de Merkel en la Cancillería alemana, Gerhard Schröder, y el líder de entonces de Los Verdes, Joschka Fischer, quien fuera ministro de Relaciones Exteriores.
Al inicio del proyecto, Angela Merkel acababa de ser nombrada ministra de la Mujer y la Juventud, en el gobierno de Helmut Kohl, y en 1998 se convirtió en secretaria general de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
Retratos de 30 años de poder
Tras una breve interrupción, Herlinde Koelbl continuó su ritual anual de fotografiar a Merkel durante todo su período de gobierno. La serie de retratos aparece ahora en un libro. Todas las fotos están tomadas ante un fondo blanco "para lograr la mayor objetividad posible en este largo lapso de tiempo”, escribe la autora en el prólogo. La única instrucción que dio siempre a sus modelos fue mirar a la cámara.
Esta "frontalidad metafísica” es la que "hace visibles hasta los más sutiles cambios”, comentó el historiador del arte Horst Bredekamp.
Según Koelbl, los cambios en el lenguaje corporal de Merkel en los primeros ocho años fueron "extremos”. Afirma que nunca buscó la figuración pública, sino que simplemente aceptó que su trabajo conlleva ser fotografiada. También destaca que Merkel nunca se entrometió en la selección de las fotos ni intentó controlar ninguna parte del proceso.
Serie de entrevistas
Para tener una visión más personal, la fotógrafa entrevistó varias veces a Angela Merkel en la década de 1990. En esas ocasiones habló de sus ideas políticas, pero también acerca de su infancia y su vida privada.
Una de las primeras declaraciones que formuló en 1991, en respuesta a una pregunta sobre sus ambiciones, suena como un resumen de todo su gobierno: "Mi ambición era cumplir sensatamente la tarea del momento, y eso ha conducido hasta ahora a un ascenso bastante rápido, lo cual más bien me asusta”.
Algunas respuestas de Merkel fueron sorprendentemente abiertas, y demuestran que ya entonces estaba decidida a sacar del campo del juego a sus rivales masculinos. En 1997, dejó en claro que había aprendido mucho en la política y se había convertido en una mejor jugadora de póquer. "Antes era demasiado confiada y le contaba mis planes a cualquiera. Pero la experiencia enseña”.
Estabilidad y cambio
El libro cuenta también la historia de la hija de un pastor, Angel Merkel, que estudió Química antes de entrar en el mundo de la política, tras la caída del Muro de Berlín. Helmut Kohl le ofreció u cargo ministerial porque necesitaba figuras de la antigua RDA que no hubieran colaborado con el régimen germano oriental. La entonces inexperta Merkel cumplió ese papel a la perfección. Pero rápidamente demostró que podía aportar mucho más.
El historiador Paul Nolte comentó acerca del libro de Koelbl que en las fotos de Merkel se expresa la ambivalencia entre su mirada constante y el cambio en su lenguaje corporal. A su juicio, las fotografías "reflejan la era Merkel”: la estabilidad y continuidad, pero también las convulsiones de la Alemania reunificada.
(er/cp)