Horrores lingüísticos
20 de enero de 2009"A menudo duele que sólo pueda elegirse sólo un horror lingüístico del año", dice el filólogo Horst Dieter Schlosser, portavoz del jurado independiente encargado de la selección. Tan grande es el número de buenas propuestas enviadas al jurado año tras año. La decisión para 2008: el término "bancos en peligro" (en alemán "notleidende Banken"), propuesto 48 veces, por ejemplo por una alemana que reside en Nicaragua.
La expresión pone de cabeza la relación entre causa y efecto de la crisis financiera y económica que azota al mundo, dice el jurado: "mientras las economías nacionales se tambalean y los contribuyentes deben financiar créditos por miles de millones, los bancos, que con su política financiera provocaron la crisis, se transforman de pronto en sus víctimas".
Quién utilizó primero el término "bancos en peligro" en el contexto económico actual, no se sabe. No así con los términos que figuran este año en los lugares dos y tres. El término gerontocracia" ("Rentnerdemokratie") fue utilizado por el ex presidente federal alemán Roman Herzog para denominar el hecho de que el porcentaje de población de mayor edad aumenta constantemente en Alemania (él mismo tampoco es muy joven que se diga).
Dudas, resistencias y enojos
El término que entró en tercer lugar es "turismo en Karlsruhe" ("Karlsruhe-Turisten"). Asi fue como llamó el presidente del Sindicato de Policías DPoIG, Rainer Wendt, entre otros, a los políticos liberales Gerhart Baum y Burkhard Hirsch, que por dudar de la conformidad de ciertas leyes con la Constitución alemana presentaron ya varias demandas ante la Corte Federal Constitucional, con sede en la ciudad de Karlsruhe.
La elección del término del año no siempre es indiscutida. La elección de "capital humano" ("Humankapital") en 2004, por ejemplo, fue cuestionada por los economistas, porque "se trata de un témino técnico".
Al término "centros de saludo" (Begrüssungszentren"), entre los finalistas también en 2004 (la expresión se refería a campos de recepción para refugiados del norte de África), opuso gran resistencia el por entonces ministro federal alemán del Interior, Otto Schily. El ministro amenazó al jurado de presentar demanda judicial si se relacionaba esa formulación con su nombre.
Términos crudamente inadecuados
"No hay que estar de acuerdo con nuestra elección", dice Schlosser. Tampoco es la intención del jurado sacar un término de circulación. "Muchas palabras son inocentes y adquieren el carácter de horror lingüístico sólo cuando se utilizan en determinado contexto", explica Schlösser.
Para la elección del "horror lingüístico del año", el jurado, compuesto por filólogos, periodistas y escritores, no se guía por el número de veces que es propuesto un témino. En 1999, por ejemplo, el término "daño colateral" ("Kollateralschaden") fue propuesto por una sola persona.
De esa forma, el jurado quiere evitar manipulaciones. Las decisiones se toman sobre la base de criterios de contenido. El objetivo es dejar en evidencia términos nuevos crudamente inadecuados o que incluso pueden llegar a atentar contra la dignidad humana.
Todos los 30.000 términos propuestos desde 1991, año en comenzó a elegirse el "horror lingüístico" del año hasta hoy, son archivados. Nada se tira, nada se desdeña, ya que ese acervo constituye un "rico recurso para la investigación del idioma alemán contemporáneo".