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Hija de nazi: “Nunca me avergoncé”

Witold Ziomek
25 de octubre de 2019

El padre de Ilse von dem Bach, una anciana de 85 años, fue el nazi Erich von dem Bach-Zelewski, quien murió en la cárcel condenado a cadena perpetua, en la década de 1970.

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Erich von dem Bach-Zelewski - vida privada (a la derecha) y como comandante de las SS (con gafas en el centro).
Erich von dem Bach-Zelewski - vida privada (a la derecha) y como comandante de las SS (con gafas en el centro). Imagen: CC by Należą do archiwum, Bach-Zelewski-Sammlung

En un asilo en Roth, no lejos de Núremberg, Ilse von dem Bach se presenta como la hija de un nazi. Ella nunca lo ocultó. A su padre no le gustaba Himmler. Tampoco le gustaban Goering y Goebbels. "Porque solo les interesaba el dinero", dice Ilse.

El padre de Ilse, Erich Julius Eberhard von dem Bach-Zelewski, nació el 1 de marzo de 1899 en Lauenburgo (ahora Lebork), cerca de Gdansk, Polonia. Tres meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial, se unió al ejército del Reich alemán. Con 18 años, fue ascendido a teniente.

En 1930, formó parte de las SS, y en 1932, se convirtió en diputado del Reichstag. En noviembre de 1939, le asignaron una nueva tarea: germanizar a los polacos en Silesia. En el verano de 1941 organizó, como comandante de las SS, las ejecuciones masivas de judíos en Bielorrusia. Más tarde, lideró la lucha contra los partisanos, en la que fallecieron muchos civiles.

Ilse von dem Bach
Ilse von dem Bach, en una residencia de ancianos.Imagen: DW/A. Jarecka

"Cierra los ojos, no duele"

Willy Fiedler sirvió en el Ejército alemán. En los primeros días del Alzamiento de Varsovia, en el que el movimiento clandestino polaco en la capital, se levantó contra la ocupación alemana, fue testigo de una ejecución en la curtiduría Pfeifer. Presenció el asesinato de muchas personas allí. Alrededor de 2.000 personas murieron en la curtiduría. Las ejecuciones duraron semanas.

Fiedler solo vio parte de los asesinatos. No conocía entonces la orden de Hitler de que Varsovia debía ser arrasada. El 5 de agosto de 1944, según los historiadores, murieron entre 20.000 y 45.000 personas. El 6 de agosto, se llevaron a cabo más ejecuciones masivas. Esta fue una de las mayores masacres durante la Segunda Guerra Mundial.

El cura de Stanislaw Maciej Kicman recuerda cuando los nazis entraron a su casa y se lo llevaron a él y a su madre a una iglesia. Los obligaron a arrodillarse y les apuntaron con armas. "Yo estaba seguro de que ibamos a morir asesinados en este momento. Me acurruqué junto a mi madre ", dice Kicman." Mi madre me abrazó y me dijo: 'Cierra los ojos, no duele'". El rifle se atascó. Tuvieron suerte. Siguieron con vida.

DW Projekt | Schuld ohne Sühne - Der Priester Stanisław Maciej Kicman
Imagen: Witold Ziomek

"¡Este bastardo!"

El 20 de noviembre de 1945, comenzaron los Procesos de Núremberg. Según fuentes históricas, los estadounidenses no entregaron al teniente de las SS, Erich von dem Bach (cambió el apellido von Zelewski por von dem Bach porque le parecía muy polaco), a Polonia o a la Unión Soviética a cambio de testimonios. Una vez al mes, Ilse viajaba entonces a Núremberg con su madre para ver a "papá". Ella no leía periódicos. "Quería protegerme", dice .

Von dem Bach incriminó a sus camaradas. Hermann Göring, quien luego fue sentenciado a muerte por crímenes contra la humanidad reaccionó con indignación: "¡El traidor, este bastardo!". Von dem Bach fue "el asesino más sangriento de todo ese sistema", habría gritado Göring.

Cadena perpetua

Después de la guerra, Erich von der Bach recuperó su apellido de origen eslavo. No fue acusado en Núremberg, pero estuvo bajo arresto domiciliario y luego trabajó de vigilante nocturno. En 1961 fue sentenciado a cuatro años y medio de prisión por el asesinato del oficial de las SS Anton von Hohberg y Buchwald. Una segunda sentencia, esta vez por más asesinatos en la década de 1930, se emitió un año después. Esa vez fue condenado a cadena perpetua.

También entonces, sus hijos estuvieron en la sala del tribunal. "Quería apoyar a mi padre, darle apoyo. Me molestó mucho que todos pensaran que deberíamos estar avergonzados por él, nunca me avergoncé", dice Ilse. Todavía recuerda el tiempo que pasaron juntos, pero no le gusta hablar de sus sentimientos.

El 8 de marzo de 1972, el padre de Ilse murió en prisión. Después de 50 años, su tumba ya no existe porque no queda nadie para cuidarla.

De la serie de reportajes "Culpable sin arrepentimiento”, un proyecto de la redacción polaca de DW.

(rmr/jov)

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