"Hello World": el surrealismo en México
28 de mayo de 2018"La exposición cuestiona por qué las colecciones están tan enfocadas en un canon alemán y norte europeo, y por qué no se han buscado exponentes que hablen sobre las conexiones con otras partes del mundo que tienen sus historias del arte paralelas y las siguen teniendo", afirma la curadora Melanie Roumiguière.
"Existencias entreveradas. Arte Popular, Surrealismo y Arquitectura emocional", es el título de uno de los trece capítulos de la magna exposición, que se exhibe en los 10.000 metros cuadrados de superficie del Museo Hamburger Bahnhof en Berlín y estará abierta hasta fines de agosto.
"Mi contribución tiene que ver con la conexión que hubo con distintos movimientos que hubo en México, en los que participaron artistas e intelectuales de otras partes del mundo. En ese país se creó una especie de intercambio de ciertos impulsos artístcos que en algunos casos, años después, crearon nuevas formas de pensamiento", afirma Roumiguière.
El movimiento surrealista en México
Uno de esos movimientos fue el surrealismo, que presenta la curadora a partir de una exposición en 1940 que tuvo lugar en la Ciudad de México llamada "Exposición de Surrealismo Internacional, que organizaron André Bretón, junto con el poeta y pintor surrealista peruano César Moro y el pintor austríaco Wolfgang Paalen, que llegó a México en 1939.
"Ellos armaron una exposición con obras surrealistas de artistas europeos, entre ellos los más clásicos del surrealismo, como René Magritte, Salvador Dalí, Yves Tanguy, Max Ernst, los artistas más importantes en ese momento", señala Roumiguière.
La curadora explica que además incluyeron a artistas mexicanos y europeos que estaban trabajando en México en ese momento, entre ellos Frida Kahlo, Diego Rivera, Antonio Ruiz, Roberto Montenegro, Esteban Francés y la fotógrafa y mecenas suiza Eva Sulzer. "Incluso Wolfgang Paalen mismo exhibió su obra en aquella muestra. Paalen era en aquel entonces una figura muy importante en el movimiento surrealista europeo, un artista que pasó el resto de sus días en México y terminó siendo un artista clave en la historia del arte en México".
Roumiguière explica que lo interesante de aquella muestra es que intentó representar una extensión del término surrealismo, como se conocía en ese momento en Europa. "Lo hicieron mostrando la cultura de México, el impacto de la historia cultural prehispánica, la forma de vivir en ese país, la forma de generar arte, que estaba convirtiendo el término surrealismo en otra cosa, lo que daba un indicio sobre lo que podría seguir después del surrealismo".
México: catalizador en la historia del arte
La curadora explica que esto fue precisamente lo que se ignoró en las exposiciones e investigaciones sobre la historia del arte en Europa.
En cambio, para muchos investigadores en México, esa exposición fue muy importante en un momento en que era necesario emanciparse del muralismo como la forma predominante de arte. "La historiadora de arte Ida Rodríguez Pampolini formuló esta nueva corriente como arte fantástico y es lo que estoy intentando demostrar en esta exposición, que un concepto que viene de Europa se lleva a México y ahí se mezcla con diferentes impulsos locales y surge una tercer forma de pensamiento artístico", destaca Roumiguière.
El arte prehispánico, el arte indígena en general, tanto el norteamericano como el mexicano, fueron muy importantes en aquella exposición, según la curadora. Y eso lo tematizaron con objetos que coleccionaban los mismos artistas. "Se mostraron piezas de la colección de Diego Rivera, especialmente sus cerámicas de Colima, también objetos de la colección de Wolfgang Paalen, artefactos indígenas de noertamérica, porque Paalen llegó a México después de recorrer Canadá y Estados Unidos llevándose todo lo que pudo. Los artistas coleccionaban muchísimo. Max Ernst coleccionaba muchos objetos indígenas, siempre tuvo un gran interés en ellos".
Arte fantástico y arte surrealista
Según la curadora, el arte popular, el arte fantástico y el arte surrealista tienen mucho en común y una de las personas que demostró eso en Europa en 1938 fue André Bretón con una exposición surrealista con objetos de arte popular. "Fueron objetos que llevó a París tras su primer viaje a México, un montón de objetos de arte popular, obras de Frida Kahlo, y fotografías de Manuel Álvarez Bravo.
En la exposición puede verse obra de todos estos artistas, así como la obra de Josef Albers, Mariana Castillo Deball y Melanie Smith. También se exhiben fotografías de la llamada "arquitectura emocional” del alemán Mathias Goeritz, que se estableció en México a partir de 1949 y vivió ahí hasta su muerte en 1990.
"Lo que hacemos con esta exposición es una propuesta para manejar de otra manera lo que tenemos y lo que se ha coleccionado. Porque hay otras narrativas más allá de lo conocido y hay que admitir que hay toda una parte desconocida que tiene muchísima importancia", concluye Roumiguière.
Autora: Eva Usi