Hans Meyer. Una leyenda dice adiós
12 de febrero de 2008Se fue Hans Meyer, leyenda viviente del fútbol alemán. Hace dos años había llegado a salvar los destinos del FC Nürnberg, equipo que en aquellos días parecía condenado a descender al purgatorio de la segunda división en la Bundesliga.
Meyer completó la misión. Y no sólo eso, sino que apenas el año pasado hizo que su equipo le arrebatara la Copa Alemana nada menos que al Stuttgart, en inolvidable encuentro que terminó 3 a 2 a favor de los bávaros.
Auge y caída de un equipo
Pero el fútbol no perdona, ni siquiera a los técnicos que jamás se visten de traje y corbata. Tras aquel logro que le valió homenajes, Meyer no supo sacar adelante al Nürnberg en un torneo que presenta desafíos peculiares; por ejemplo, el resurgimiento del Bayern München y el hambre competitiva de cuadros como Bremen, Schalke, Leverkusen y Hamburgo.
Nadie fue capaz en su momento de predecir otra contingencia que hace más feroz aún la lucha por el campeonato germano: el espectacular desempeño del Karlsruhe, uno de los benjamines del campeonato que ha logrado ubicarse en el sexto lugar de la tabla.
En este cerrado panorama, el Nürnberg se ubica ya pasada la mitad del año futbolístico en un preocupante sitio 16. En otras palabras, descendería a la segunda división si hoy terminara el torneo. El balance no dejaba lugar a la misericordia: 19 partidos jugados, apenas cuatro ganados, cuatro empates y once derrotas.
El regreso del goleador Jan Koller apenas sirvió para empatar a uno con el débil Rostock, la semana pasada. La directiva no soportó más.
Una historia alemana
Con el despido de Hans Meyer se acaba la carrera deportiva de un personaje del fútbol alemán. No sólo fueron sus picantes respuestas a la prensa (“Prefiero darme a mí mismo un ultimátum antes que recibirlo de un comemierda”, había dicho hace unos días ante los rumores de su despido), sino su profundo conocimiento del fútbol, lo que convirtieron al técnico en un hombre favorito por los medios. Un hombre, por cierto, con larga historia en el balompié.
Meyer nació el 3 de noviembre de 1942 en Briesen, en territorio de la que hoy se llama República Checa. Como jugador se desempeñó en la línea defensiva. Jugó 30 partidos con la selección de la desaparecida República Democrática Alemana y marcó en ellos tres tantos.
En 1971 se convirtió en el entrenador más joven de la Oberliga al hacerse cargo del FC Carl Zeiss Jena. Luego dirigió al Rot-Weiß Erfurt, al Chemnitzer FC, al 1. FC Union Berlin y, tras la caída del Muro, al FC Twente Eschede, de Holanda.
En 1999, Meyer fue contratado para llevar al Borussia Mönchengladbach de regreso a la primera división de la Bundesliga, cosa que logró en 2001. En 2003 pasó al Bertha BSC Berlin y en 2005 a su última estación, el FC Nürnberg.
¿Espía de la Stasi?
Historiadores como el alemán Hanns Leske afirman que, además de sus actividades futbolísticas, Hans Meyer fungió como “colaborador informal” –espía- de la Stasi. Tales servicios secretos lo habrían reclutado para elaborar reportes sobre las ideas políticas de algunos jugadores y la posibilidad de que éstos se fugaran de la RDA, según reportó el semanario Der Spiegel en 2002.
Meyer siempre ha negado tales acusaciones, mientras que Leske las documenta en su extenso libro Erich Mielke, la Stasi y el cuero redondo. Como quiera que sea, el entrenador nunca renegó de la RDA, y es más, afirmó alguna vez que “soy comunista de origen, así que soy pobre de origen”.
Comunista, sí, pero millonario. Hans Meyer tenía un contrato para dirigir al FC Nürnberg hasta el 2009. Las negociaciones para su despido incluyeron, se dice, el pago de un millón de euros de indemnización. A sus 65 años, uno de los entrenadores más carismáticos del fútbol alemán se irá así a cuidar a sus nietos, a enseñarles los muchos trofeos ganados y acaso también a contarles sobre algo que desde 1971 conoció con toda intensidad: los placeres y amarguras propias del balompié.