¿La representación de un pene más antigua del mundo?
20 de junio de 2023El pene humano sin duda es una de las formas más representadas en el mundo del arte - y lo es desde hace miles de años.
Arqueólogos han hallado un artefacto tallado en piedra fabricado hace unos 42.000 años que, según creen algunos expertos, podría tratarse de la primera figura fálica de la que tenemos registro. Otros expertos no están tan convencidos de esta teoría, ya que un objeto con forma fálica no tiene por qué necesariamente representar un pene.
El colgante, de unos 4 centímetros de largo, fue hallado por un equipo de la Universidad de Burdeos en un yacimiento arqueológico de Mongolia y ha sido etiquetado como T21. Los expertos estiman que tiene entre 39.500 y 42.200 años de antigüedad. La figura sería entonces incluso más antigua que la Venus de Hohe Fels, una figura hallada en Alemania que tiene entre 35.000 y 40.000 años.
Representación fálica simplificada, según expertos
Sin embargo, los autores del artículo, publicado en la revista Scientific Reports, sugieren que se trataría de un pene por los surcos que presenta el ornamento, probablemente tallados con una herramienta puntiaguda de piedra. El surco más profundo rodea la sección media del ornamento, algo que los investigadores sospechan que podría representar el glande de un pene. Otro surco corto y profundo podría presentar una abertura uretral, sugieren los arqueólogos.
Los expertos creen que podría haber sido utilizado como colgante, ya que la parte "trasera" del adorno está aplanada y es brillante y lisa. Los investigadores creen que probablemente se llevaba con frecuencia sobre el pecho de alguien, sujeto por una cuerda enrollada alrededor de la ranura central.
Arqueólogos e historiadores no han podido confirmar cuál era el significado del colgante, pero asumen que podría haber sido utilizado por motivos personales o espirituales. Y es que en las antiguas sociedades de Roma, Grecia o Egipto, por ejemplo, se celebraban festivales fálicos para venerar deidades de la fertilidad.
Editado por Isabella Escobedo