Günter Grass: Yo acuso
17 de enero de 2003Günter Grass no tiene pelos en la lengua. El escritor alemán no suele vacilar a la hora de dar opiniones con respecto a asuntos candentes; y más candente que la crisis iraquí imposible. Asumiendo el papel que suele atribuirse a los intelectuales en el mundo entero, la voz del Premio Nobel de literatura se alza como una suerte de instancia moral ante el conflicto ad portas. Su mensaje puede resultar polémico, pero en ningún caso ambiguo.
El autor afirmó en el informativo Tagesthemen, que la guerra contra Irak es una "guerra deseada" y acusó a Estados Unidos de provocarla por motivos netamente económicos. En su opinión, lo único que interesa al gobierno estadounidense es el acceso a las reservas petroleras iraquíes. En este contexto, puntualizó que los corredores de la bolsa son más honestos que los políticos, porque ya hablan abiertamente sobre los grandes negocios que podrían efectuarse si las empresas norteamericanas tuvieran acceso directo a los segundos yacimientos petroleros más grandes del mundo.
"Peligro público"
En opinión de Grass, el presidente George Bush es un "peligro público", dado que ya no es capaz de escuchar argumentos. En el mismo tono, criticó la "arrogancia del poder", que impide a Washington aceptar consejos de ninguna especie. En cuanto a los supuestos arsenales iraquíes, opinó que los estadounidenses "están obsesionados" por encontrar algo. "Que busquen en casa", dijo, subrayando que Estados Unidos es "un país que no sólo dispone de esas armas, sino que también las utilizó de manera espantosa en la guerra de Vietnam".
Günter Grass se quejó igualmente de la debilidad de Europa y su incapacidad de ejercer influencia. Puntualizó que en ningún país europeo existe disposición a librar una guerra y "lo único que falta es una voz que aglutine" los puntos de vista europeos.
Los alemanes y la guerra
En un ensayo publicado en la víspera por la agencia de noticias DPA, el escritor alemán había formulado ya en extenso su visión sobre el conflicto. En el planteó también algunas interrogantes sobre las que poco se habla en las esferas oficiales: "Se promete que después del triunfo sobre el dictador y su sistema se instaurará la democracia en Irak. Sin embargo, los países vecinos, Arabia Saudita y Kuwait, que son aliados de Occidente y sirven de base para su campaña militar, también son gobernados dictatorialmente. Han de ser estos países también blanco de la próxima guerra en pro de la democracia?"
Grasss manifiesta por último no saber si la ONU es lo suficientemente firme como para resistir a las ansias de poder de Estados Unidos y resume así las esperanzas que deposita en Alemania: "Espero que los ciudadanos y el gobierno de mi país demuestren que nosotros, los alemanes, hemos aprendido la lección de las guerras que ocasionamos y por eso decimos No a esta continua locura llamada guerra".