Greenpeace: drástica disminución de CO2 es posible
23 de marzo de 2007Ya no hay excusas, dice Greenpeace: un 40 por ciento menos de emisiones de anhídrido carbónico hasta el 2020 es algo factible y realista en Alemania. Cómo se lo puede ahorrar y cómo puede abandonarse paralelamente la energía atómica se ha propuesto demostrar el Instituto EUtech, de Aquisgrán, en un estudio realizado por encargo de la organización ecologista.
El estudio lleva el nombre “Plan B. Estrategia Energética nacional hasta el 2020” y fue presentado el jueves (22.03.3007) en Berlín. El Plan A es el del Gobierno, que, según Greenpeace, ha fracasado.
En más de 200 páginas se puede leer cómo las centrales energéticas, el transporte y los hogares deben modificar sus respectivas conductas de consumo energético para lograr efectivamente una disminución del 40 por ciento en las emisiones de anhídrido carbónico hasta el año 2020.
De acuerdo con el modelo, las centrales atómicas alemanas deberían incluso poder ser desactivas ya en el 2015, es decir, ocho años antes de lo previsto hasta ahora.
Con las cifras del propio Gobierno
En el estudio se tienen en cuenta los propios supuestos del Gobierno alemán en relación con la evolución demográfica, el desarrollo económico y la demanda energética. En el plan se llega a la conclusión de que la clave de la protección del clima son el ahorro de energía, la eficiencia energética y la expansión de las energías renovables.
Para lograr los objetivos trazados sería necesario ampliar masivamente el aporte de las energías renovables, sobre todo para calefacción. Para ello Greenpeace exige que el Estado las subvencione. En ese caso, la participación de las energías renovables en el total de la satisfacción de la demanda se podría multiplicar hasta por tres.
Además sería necesario, según el estudio, fomentar también los parques eólicos "off shore", es decir en el mar, y asegurar con garantías estatales las perforaciones para unas primeras cien estaciones geotérmicas. Luego, la geotermia estaría en condiciones de continuar avanzando sola.
Combinación de prohibiciones e incentivos
También la participación de la generación combinada de corriente y calor debería triplicarse hasta el 2020: una meta que Greenpeace califica de realista. Por otra parte, los ecologistas exigen que se detenga la construcción de centrales carboeléctricas y que se eliminen los privilegios para esas tipo de planta en el comercio de derechos de emisión.
En el caso de la industria, los hogares y el tránsito, en el estudio se dice que disposiciones legales adecuadas podrían llevar a inmensos ahorros. Tanto en aparatos eléctricos, como en edificios y el consumo de combustible de los automóviles, actualmente se derrochan grandes cantidades de energía porque no se aprovechan lo suficiente tecnologías modernas ya existentes.
Para Greenpeace, la cosa es clara: ahorrar energía es pura y exclusivamente una cuestión de voluntad política. La técnica existe, sólo que hay que llevarla consecuentemente a la práctica. Para ello, los ecologistas ven dos caminos: crear incentivos económicos y proporcionar subvenciones de arranque y, donde ello no alcance, recurrir al poder regulativo del Estado.