Grecia más solvente de lo que se esperaba, pero…
4 de octubre de 2011“Atenas puede aguantar un poco más, al menos hasta noviembre”, anunció este martes la ministra española de Economía, Elena Salgado. "Nos da tranquilidad saber que Grecia no necesita el dinero de manera tan perentoria como pensábamos antes", comentó Salgado.
En la noche del lunes, el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, aseguraba a sus 16 colegas del eurogrupo de los 17 que su país puede resistir más allá de octubre: el Rubicón que parecía infranqueable y que marcaba la frontera, según Atenas, para entrar en un posible "default" o quiebra más o menos "controlada".
No obstante, al margen de los brindis al sol griego propuestos por Venizelos, la sensación entre los 27 ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) estaba este martes más cerca de la impotencia que de la autocomplacencia, a años luz de cualquier destello de europeísmo, que pasa por horas muy bajas.
La palabra la tiene la “troika”
Hasta que los inspectores de la "troika" integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), no den luz verde a los nuevos ajustes extremos en Grecia, no habrá sexto tramo de asistencia internacional para el país de la ribera sur del Mediterráneo.
Sin más orificios para cerrar el corsé asfixiante del ajuste en Grecia no habrá más recursos, y el segundo paraguas internacional para evitar la insolvencia de Atenas, por 109.000 millones de euros, tampoco estará disponible.
Juncker: entre el pesimismo y la confianza
El presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker, no tuvo otra alternativa más que suspender la reunión que había fijado para el próximo 13 de octubre, en la cual confiaba -finalmente- en que se aprobara ese sexto tramo de emergencia. Juncker, también primer ministro luxemburgués, admitió que seguramente tampoco habrá nada que aprobar para esa fecha.
Los ministros de economía de la UE se limitaron a las grandes palabras voluntaristas, como que "Atenas no suspenderá pagos" o que "nadie permitirá que Grecia (que se sumó el bloque en 1981) abandone la eurozona", conscientes de que no tenían margen más que para emitir mensajes optimistas para los mercados.
Elogios para los esfuerzos de Atenas
El eurogrupo y el Ecofin aplaudieron los últimos ajustes adoptados por Atenas para 2011 y 2012, aunque exigieron que éstos se plasmen en una ley y entren en vigor "sin dilación".
"Nadie ha defendido la quiebra de Grecia, se hará todo para evitarlo y se evitará. Y nadie ha defendido la salida de Grecia de la eurozona. Tengo que desmentir todos los rumores que indican que se podría invitar a Grecia a dejar la eurozona y tengo que desmentir todos los rumores sobre cualquier tipo de quiebra", subrayó Juncker.
El hecho es que el otoño político-económico en Europa se complica según avanza el calendario y a medida que la crisis se enquista. Los jefes de Estado y de gobierno de la UE tienen prevista una cumbre en Bruselas los próximos 17 y 18 de octubre, en la cual la crisis de deuda en Grecia, y por extensión en varios socios periféricos del euro, debería estar encarrilada.
Los griegos prometen, ¿pero también cumplen?
No obstante, los problemas no dejan de crecer y las incertidumbres en torno a la capacidad y posibilidades del primer ministro griego, Giorgos Papandreu, de lidiar con la tormenta no cesan.
A pesar del fuerte respaldo que obtuvo la semana pasada de la canciller germana, Angela Merkel, en su visita a Berlín, Papandreu se enfrenta al reto de exprimir al máximo las arcas estatales y lanzar un "tsunami" privatizador a cambio de evitar la quiebra.
Trichet contra financiación de fondos de rescate por el BCE
Por otro lado, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dijo también el martes que espera un crecimiento muy moderado del Producto Interno Bruto de la zona euro en el segundo semestre de este año. "Estimamos que el crecimiento del PIB real en la zona euro será muy moderado en la segunda mitad del año", afirmó Trichet en una intervención ante el Parlamento Europeo.
Sobre la crisis de deuda que sacude al bloque, Trichet dijo que se oponía a que el BCE financiara fondos de rescate para los países endeudados, rechazando una política que las autoridades políticas estaban evaluando.
Para convencer a los mercados de que tienen poder de fuego para enfrentar la crisis, las autoridades han considerado convertir el actual mecanismo de rescate EFSF en un banco, de manera que pueda acceder a fondos del BCE y tener más liquidez. Pero Trichet rechazó esa idea. "No estoy a favor de fondos de rescate refinanciados por el BCE", advirtió. El BCE ya está incómodo con el programa de compras de bonos en el mercado secundario y hay temores de que su independencia esté en riesgo.
Trichet puso la presión sobre los gobiernos diciendo que los "Eurobonos y el EFSF, y en general todo lo que esté en manos de los gobiernos para manejar la situación, es su responsabilidad enfrentar la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial”.
Autor: José Ospina-Valencia /dpa/ap
Editor: Enrique López