Grecia: cien días de soledad
5 de mayo de 2015Pocas horas después de su victoria electoral, el 25 de enero, el político de izquierda y primer ministro griego, Alexis Tsipras, nombró socio de coalición al partido popular de derecha “Griegos Independientes”. El nuevo gobierno también anunció que pondría fin a la política de ahorro: el salario mínimo aumentaría “inmediatamente” a 751 euros, el importe exento de impuestos se elevaría a 12.000 euros y el impuesto sobre la propiedad inmobiliaria (ENFIA) sería derogado. Además se renegociaría el programa de rescate para Grecia.
Cien días más tarde, el balance es más sobrio: el país heleno está más cerca que nunca de la bancarrota. El aumento del salario mínimo ha sido pospuesto para el año 2016 y el impuesto ENFIA sigue vigente.
Kostas Chryssogonos, eurodiputado del partido Syriza, prefiere resaltar los aspectos positivos del nuevo gobierno: medidas de urgencia para combatir la pobreza y una ley para ampliar el periodo de pago de impuestos atrasados. No todas las medidas de ahorro se pueden anular en tres meses, dice Chryssogonos en entrevista con DW. “La gente tiene que entender que el partido Syriza fue elegido por cuatro años”.
Pocas alternativas de financiamiento
Según el politólogo Giorgos Tzogopoulos, del think thank Eliamep, “en los últimos cien días Tsipras buscó financiadores alternativos, ya sea en Rusia, en China e incluso en Irán. Pero como finalmente no tuvo éxito, no le queda de otra que poner en práctica los acuerdos con los viejos financiadores”.
Por su parte, el analista económico Makis Andronopoulos critica la estrategia de negociación del gobierno. “Los últimos cien días fueron el Waterloo de Syriza. En las negociaciones con los acreedores cometió todos los errores que se pueden cometer. Analizó mal su posición de partida. Asimismo estuvo mal que apostara por la confrontación e incluso por la provocación”, dice Andronopoulos.
El jefe de Gobierno tiene que entregar resultados y liberarse de la carga de la extrema izquierda, advierte el economista. Su esperanza es que el Parlamento griego saque adelante un nuevo acuerdo, beneficiándose del actual programa de compra de bonos del BCE, y que Tsipras convoque nuevas elecciones, en las que los candidatos del ala izquierda del partido ya no figuren en las listas de votación.
La amenaza del referendo
Una parte del partido de izquierda amenaza con convocar un referendo, en caso de que las negociaciones con los acreedores fracasen. Entre tanto, tampoco Tsipras parece rechazar la idea de una consulta popular en Grecia. Sin embargo, esta no serviría de mucho, cree el politólogo Giorgos Tzogopoulos: “Todas las encuestas indican que la mayoría de los griegos quieren una solución de compromiso equilibrada con los acreedores, aún si no concuerda con las promesas electorales del partido de izquierda”.