Gorleben: La espina permanente
12 de noviembre de 2002El transporte actual se efectúa, como siempre, sobre los raíles. El tren con los 12 contenedores blindados cargados con material nuclear salió el lunes de la planta de procesamiento de material radiactivo de La Hague, oeste de Francia, con destino a Alemania. Esta vez, el transporte "Castor" tiene una longitud récord de 660 metros y un peso de 2500 toneladas.
Convoy nuclear
"Castor" es la abreviación de "Contenedores para almacenar y transportar material radiactivo" (Cask for Storage and Transport of Radioactive Material). Sus residuos radiactivos provienen de la planta francesa de reprocesamiento, donde se regeneran las barras combustibles de las centrales nucleares alemanas. En Alemania sólo hay almacenes atómicos intermedios. Uno de ellos se encuentra en Gorleben. Fue inaugurado en 1977, y poco después surgió el movimiento local de protesta.
Algunas de esas protestas y manifestaciones se convirtieron el pasado con frecuencia en verdaderas batallas entre la policía y los ecologistas. La mayoría de los habitantes del Wendtland y Greenpeace argumentan que no se puede asegurar la seguridad de los transportes "Castor".
Además temen el peso de los hechos consumados. Dicen que una vez almacenados estos contenedores llegarán otros. Y entonces el almacén temporal de Gorleben se convertirá definitivamente en el vertedero de basura de las centrales nucleares alemanas.
Hay que buscar una solución
Sin embargo, Alemania tiene que aceptar y almacenar el reenvío de los residuos radiactivos reprocesados en Francia, ya que se trata de material "alemán". Lo fatal es, que nadie sabe aún dónde.
El ministro del Interior de Baja Sajona, Heiner Bartling, subrayó la responsabilidad del gobierno rojiverde en Berlín en buscar, cuanto antes, una solución duradera. El estado de Baja Sajona estaría preparada para realizar un viaje de carga radioactiva al año, dijo Bartling, pero no dos. Cada transporte cuesta al estado de Baja Sajona 30 millones de euros, recordó el ministro.
Bartling, advirtió a los manifestantes de no provocar a las fuerzas policiales, tirándoles estiércol encima, o intentando de atropellarlos con los tractores. Recordemos, dijo el ministro, que "hace apenas unos meses los uniformados fueron recibidos como ayuda bienvenida en la catástrofe de las inundaciones".