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Golfo Pérsico: opaco incidente caldea los ánimos

13 de mayo de 2019

Se acentúa la tensión en el Golfo Pérsico tras dos presuntos actos de sabotaje perpetrados contra tanqueros sauditas. La discusión en torno a los posibles autores trae consigo escenarios infaustos, reporta Kersten Knipp.

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Iran Persischen Golf Marine
Miembros de la Marina iraní en el Golfo Pérsico. (Archivo)Imagen: FARS

Los aliados occidentales de Riad y Abu Dabi reaccionaron con preocupación este lunes (13.5.2019) cuando se supo que dos buques petroleros sauditas habían sido blanco de una "operación hostil” y dañados frente a las costas de Fuyaira el día anterior. Un barco mercante noruego y un carguero emiratí también se vieron afectados por lo que ha sido descrito como un acto de sabotaje. El Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) publicó una foto de la nave noruega Andrea Victory con el casco abollado; Thome, la empresa que lo fletó, explicó que había sido "embestida por un objeto no identificado”, pero que la tripulación estaba a salvo.

Desde el anuncio del suceso en la mañana del domingo (12.5.2019), la información disponible ha sido escasa. El ministro de Energía saudita, Khalid al-Faleh, tildó lo ocurrido de "amenaza peligrosa para la navegación y la seguridad internacional”, a pesar de que no se perdieron vidas humanas, ni se derramó petróleo en el mar. Enfatizando que los barcos sufrieron "daños considerables”, Al-Faleh aseguró que el "ataque” buscaba golpear el suministro global de crudo. Esto aconteció sólo tres días después de que la Administración Marítima de Estados Unidos (USMA) advirtiera sobre la posibilidad de agresiones contra buques tanque (9.5.2019).

Existe una "posibilidad muy alta, de que Irán y/o sus representantes regionales” ataquen a buques tanque, a barcos mercantes o militares de Estados Unidos o de sus aliados, pronosticó la USMA el jueves de la semana pasada. Esto caldea los ánimos aún más en el Golfo Pérsico, donde las tensiones no han dejado de agudizarse desde hace meses. La Casa Blanca envió el portaviones U.S.S. Abraham Lincoln a esas aguas, alegando querer evitar que tropas movilizadas extraoficialmente por Teherán ataquen instalaciones estadounidenses en la región. Previamente, Washington comenzó una campaña con miras a reducir al mínimo los ingresos petroleros iraníes.

Das Flugdeckpersonal steht an Bord des Flugzeugträgers USS Abraham Lincoln der Nimitz-Klasse
El portaviones U.S.S. Abraham Lincoln, en camino hacia el Golfo Pérsico. (Archivo)Imagen: Reuters/J. El Heloueh

Sospechoso 1: Irán

El Gobierno de Donald Trump se empeña en persuadir a China, India, Japón, Corea del Sur y Turquía de suspender sus importaciones de crudo iraní y sustituirlas por importaciones de petróleo estadounidense, saudita y emiratí. Desde luego, la respuesta de Teherán no se ha hecho esperar: un vocero del Ministerio de Exteriores iraní tachó el supuesto sabotaje de "caso lamentable” y desaconsejó "reacciones aventureras de actores extranjeros”. Según los investigadores Charles Abi Nader y Abdelbari Atwan, no se puede descartar que la autoría del ataque corra por cuenta de Irán o de otros actores, incluido Israel.

"Irán ha dejado claro dos cosas: que no tolerará ver restringidas sus exportaciones petroleras y que la seguridad de toda la región está en peligro”, explica Abi Nader, analista militar libio, en entrevista con DW, recordando que Teherán no observa con buenos ojos el aumento de la producción de crudo de sus vecinos. Por su parte, Atwan, jefe de redacción del sitio informativo online Rai al-youm, cita declaraciones del ayatola Yousef Tabatabai Nejad, en las que el político iraní de línea conservadora dura describe los barcos de sus enemigos como "una flota de un mil millones de dólares susceptible de ser destruida por un solo cohete”.

Sospechoso 2: Israel

Atwan también recuerda que el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria Islámica, dijo poder destrozar el portaviones como si fuera "un pedazo de carne entre nuestros dientes”. Por otro lado, tanto Abi Nader como Atwan arguyen que Israel podría haber orquestado el ataque en cuestión para atizar aún más la discordia de Estados Unidos y Arabia Saudita con Irán. El Gobierno de Benjamin Netanyahu percibe en Irán una amenaza constante para su país porque cree que Teherán es capaz de desarrollar una bomba atómica a espaldas de la comunidad internacional con miras a borrar a Israel del mapa.

A eso se suma que la milicia islamista chií Hezbolá, fundada en el Líbano con apoyo de Teherán, se involucró tempranamente en la Guerra de Siria y ahora opera muy cerca de la frontera sirio-israelí. El hecho de que el presunto acto de sabotaje haya ocurrido frente al emirato de Fuyaira no puede ser tomado como una casualidad, comenta Abi Nader. El estrecho de Ormuz está bien resguardado; allí es improbable que prospere un ataque. Sin embargo, Fuyaira está ubicada al este de ese estrecho, en un lugar menos protegido. Es posible que los autores del ataque quieran dar a entender que conocen los flancos vulnerables de la zona, dice.

(erc/ers)

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