Gaza: cuando la ayuda llega al límite de sus posibilidades
9 de marzo de 2024El cruce fronterizo de Rafah, entre Egipto y la Franja de Gaza, es un cuello de botella. Tiene sólo unos pocos metros de ancho y los camiones atraviesan el estrecho paso lentamente, uno tras otro. Para llegar hasta ahí, los conductores ya han tenido que completar un largo proceso desde que recogieron la carga en Jordania o Egipto.
Miles de toneladas de ayuda están varadas también en el puerto israelí de Ashdod desde enero, pero el gobierno israelí no permite su ingreso a Gaza porque deben ser distribuidos por la organización de Naciones Unidas UNRWA, con la que Israel se niega a cooperar. Acusa a muchos de sus empleados de estar implicados directamente en el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre que dio origen a la actual guerra.
Controles estrictos, largos procesos
La ayuda debe ser conducida a través del desierto no directamente a Gaza, sino primero a uno de los dos puestos de control israelíes en la frontera con Egipto, Nitzana o Karem Shalom. Ahí se les somete a una estricta inspección. Israel ha abierto ahora el paso de Kerem Shalom hacia Gaza, pero sólo para la ayuda de la ONU. Todos los demás camiones son enviados a Rafah, donde tienen que hacer fila. Algunos envíos tardan días, si no semanas, en llegar a Gaza.
"Hay más de mil camiones listos para transportar alimentos a la Franja de Gaza", dijo a DW Martin Frick, director de la oficina alemana del Programa Mundial de Alimentos (PMA), perteneciente a la ONU. Pero los estrictos controles israelíes, las protestas de los israelíes contra los suministros y la catastrófica situación en Gaza están ralentizando enormemente la ayuda.
Del lado israelí, la Oficina de Coordinación de las Actividades Gubernamentales en los Territorios (Palestinos) (COGAT), dependiente del Ministerio de Defensa, es responsable de controlar la ayuda humanitaria. En su sitio web, COGAT enumera meticulosamente la ayuda que llega a Gaza. El 7 de marzo de 2024, fueron 273 camiones a los que se les permitió ingresar. En el pasado, sin embargo, a menudo eran muchos menos.
"En realidad, necesitaríamos al menos 300 camiones para cruzar la frontera cada día", explica Martin Frick. "Esto sólo ha ocurrido un solo día desde que se abrieron los dos cruces". Antes de que estallaran las hostilidades, cada día llegaban a Gaza 500 camiones cargados. "Al comienzo del conflicto, entregamos en diez semanas la cantidad de suministros que antes entregábamos en una semana", dijo Frick. La región está "completamente hambrienta" y de hecho necesita "entregas masivas para compensarlo" y evitar el riesgo de hambruna.
El "doble uso" como motivo del rechazo
La mayor preocupación de Israel es que material militar pueda terminar en manos de Hamás a través de los envíos. Por ello, cada entrega de ayuda se controla meticulosamente. En particular, los llamados bienes de "doble uso" requieren un permiso de importación especial para Gaza. Se trata de bienes que podrían utilizarse con fines civiles, pero posiblemente también militares. Los inspectores israelíes tienen un amplio margen para decidir qué productos entran en la categoría de "doble uso". Algunos se definen con detalle, otros sólo vagamente. Por ejemplo los "equipos de comunicación".
Las organizaciones de ayuda protestan alegando que se rechazaron los postes de las tiendas de campaña por ser de metal, los anestésicos, botellas de oxígeno o sistemas de filtrado de agua. También sacos de dormir por tener cremalleras o kits de higiene femenina por contener cortaúñas. Chris van Hollen, senador demócrata por Maryland, en Estados Unidos, constató en un viaje a la zona a principios de enero que "si se rechaza incluso uno de estos artículos, todo el camión tendrá que dar la vuelta y volver al inicio del proceso".
Frick confirma a DW que numerosos envíos de ayuda son rechazados: "El mes pasado, de 24 convoyes registrados hacia el norte de la Franja de Gaza, sólo se aprobaron seis". "Eso es muy poco. En realidad, hay una gran cantidad de ayuda allí", opina.
COGAT responde a las críticas. "Israel apoya, alienta y facilita la entrada de asistencia humanitaria para residentes y para infraestructura médica y otras infraestructuras críticas en la Franja de Gaza", dijo en un comunicado. Y en su propio sitio web, explica que "el alcance de la ayuda depende, entre otras cosas, de la capacidad de las organizaciones humanitarias en la Franja de Gaza para absorberla".
Gaza: colapso del orden público
Efectivamente, la capacidad de la organización es limitada. Rafah está superpoblada con 1,7 millones de personas, muchas huidas del norte, que se refugian ahí. "Allí todavía podemos llegar a la gente", explica Frick, algo "extremadamente difícil" en el norte. Las carreteras intransitables o los controles del Ejército no son lo único que lo impide. "No se pasa por delante de gente hambrienta con camiones llenos. Eso simplemente no funciona", afirma Frick.
El jefe alemán del PMA habla de un "colapso total de la seguridad y del orden público" en la Franja de Gaza. El 29 de febrero, al menos 112 palestinos murieron cuando un convoy de ayuda fue asaltado. Aún se está investigando si los soldados israelíes abrieron fuego contra la población civil hambrienta. "Nuestros convoyes también fueron asaltados y los conductores golpeados", informa Frick. "Recibimos camiones con agujeros de bala y camiones que fueron saqueados en el camino". Todo esto es "una expresión de pura desesperación" y el resultado de meses de grave escasez.
¿Entregas de ayuda por aire y mar?
Para que llegue más ayuda a Gaza, la Fuerza Aérea jordana comenzó a lanzar cargamentos desde el aire, a lo que se unió la semana pasada Estados Unidos. Pero los envíos son unas siete veces más caros y las cantidades entregadas son significativamente menores. Además, no todos los suministros de socorro son aptos para ser arrojados desde grandes alturas. Y pueden provocar enfrentamientos para hacerse con la ayuda o resultar peligrosos, incluso mortales, durante su caída. "Los lanzamientos aéreos son siempre la forma más difícil, más cara y menos precisa de proporcionar ayuda", resume Martin Frick a DW.
Los últimos informes de que Estados Unidos quiere ahora construir un puerto temporal en Gaza para permitir el envío de ayuda al norte tampoco son prácticos. Actualmente no existe ningún lugar de desembarco adecuado en Gaza. La construcción de un puerto improvisado podría llevar semanas, un tiempo del que la hambrienta población civil del norte de Gaza tal vez ya no disponga. Como solución temporal, se podría descargar la ayuda desde alta mar con ayuda de embarcaciones más pequeñas.
Por eso Martin Frick cita otras cosas como condición previa básica para que la ayuda llegue mejor y más rápido a la Franja de Gaza. "Necesitamos un alto el fuego y necesitamos más cruces fronterizos. Nos ayudaría enormemente si se abriera Eres, el cruce fronterizo en el norte, si pudiéramos utilizar el puerto israelí de Ashdod, a menos de 50 km al norte de la Franja de Gaza". Y mejor aún si "pudiéramos utilizar las carreteras que discurren a lo largo de la Franja de Gaza para poder proporcionar logística en una escala completamente diferente a la que hemos tenido hasta ahora".
(lgc/dzc)